Opinión

La ignorancia como corrupción

Por: Francnisco Flores Legarda

¿Al Estado le conviene que seamos un pueblo ignorante?, ¿no sería mejor mantenerlo así? Al corrupto le convenimos como La corrupción y la ignorancia se han acompañado la una a la otra  desde  hace mucho.  Donde encuentras una, encuentras la otra. La corrupción es un fenómeno social, político y económico que perjudica a las instituciones democráticas, desacelera el desarrollo económico y contribuye para la inestabilidad política; es el abuso que se le da al poder.  La ignorancia es la falta de ciencia, de letras y de noticias.

“A los poderosos les resulta conveniente que haya ignorancia en el pueblo: así es más fácil someterlo”

                                   (Anónimo encontrado en la red)

Cuando un pueblo parece estar sumido en la ignorancia es más fácil para la corrupción avanzar lenta y silenciosamente, apagar las voces de los pocos que se dan cuenta  de lo que pasa o que reclaman. Las personas o el pueblo no las enfrenta por miedo o por lo tanto no la enfrentan. ignorantes que no saben abrir sus ojos para ver su crimen.

Pero no solo es el no saber que pasa, contribuye también la existencia de la ignorancia política; bajo la opinión de muchos, la peor de todas. La gente piensa que es mejor para ellos desentenderse por completo de la política y esperar a que todo mejore,pero eso nos convierte en cómplices. Somos espectadores de un asesinato a sangre fría y no pensamos testificar. 

Siempre están ahí, donde hay corrupción hay ignorancia y viceversa. La corrupción está porque pocos son los que se enteran o se atreven a ver su existencia. La ignorancia no nos permite darnos cuenta del daño hasta que es tarde, y aun entonces nos mantiene con la visión borrosa al respecto. Todos lo días están y estarán, pero quien dice que no podemos sumarnos a la lucha e ignorar sus tentaciones. La corrupción y la ignorancia vienen juntas y lo más probable es que jamás desaparezcan por completo ya que tienen un gran peso en la sociedad.

Imaginemos, ingenuamente, que un editor está a punto de publicar dos novelas igual de buenas que, además, tratan del mismo tema. Los autores tiene la misma edad, provienen de la misma clase socioeconómica y se ven muy bien en la foto de la solapa (aunque siempre importa, por ahora no nos fijaremos si son hombre o mujeres). En el proceso de edición participó el mismo equipo de colaboradores –correctores, diseñadores, publicistas–, los libros tienen el mismo color de portada y la misma fuente tipográfica, el tiraje será el mismo, y cuando comience la distribución habrá el mismo número de ejemplares de cada uno en las mesas de novedades.

Hasta ahora no se ha encontrado una explicación satisfactoria sobre por qué hay libros que venden más que otros, de la misma manera en que hay un sinnúmero de opiniones sobre por qué hay libros que en su momento se consideraron importantes y se leyeron mucho pero varios años después cayeron en el olvido. 

Benditas frases hechas.

La trampa está en otro lado. ¿Es posible decir que dos libros son igualmente buenos? O mejor: ¿bajo qué criterios podría argumentarse que dos libros poseen la misma calidad?, ¿para qué serviría eso? O al revés: ¿que un libro se considera importante significa que se lee mucho?

Responder, o intentar responder estas preguntas sería tan ocioso y absurdo como plantearlas, por eso hay que ir hacia los márgenes. Y en los márgenes está la similitud que existe entre las maneras como justificamos que hay libros olvidados, que aunque en algún tiempo fueron célebres no han merecido la permanencia en el canon, y los argumentos que comúnmente se escuchan cuando justificamos no leer nada, en general, y no leer los grandes clásicos, en particular.

Los políticos en nuestro pais le apuestan a la ignorancia del pueblo para someterlo, por desgracia la mayor de las veces logran su objetivo. Esto derivado de la falta de critica por parte los maestros en las aulas.

Mientras tengamos esas taras no saldremos de la corrupción que carcome como sociedad.

Salud y larga vida.

Profesor por Oposición de la Facultad de Derecho de la UACH.

@profesor_F