
fuente: excelsior
Andrew Mountbatten-Windsor, antes conocido como el príncipe Andrés, ya no es príncipe, ni duque, ni caballero de nada.
Con la última ronda de revocaciones anunciada por el Palacio de Buckingham, el hijo de la difunta reina Isabel II quedó oficialmente despojado de los últimos restos de estatus real que aún conservaba.
El proceso culminó esta semana, cuando se canceló su membresía en la histórica Orden de la Jarretera, fundada en 1348 y considerada la más prestigiosa orden de caballería británica, la notificación oficial no dejó lugar a duda, su nombramiento fue “cancelado, anulado y borrado del Registro”.
Aunque el comunicado del palacio evitó mencionar nombres, las medidas llegan en medio de una nueva oleada de presiones por los vínculos de Andrés con Jeffrey Epstein, el delincuente sexual convicto cuyo nombre persigue al exduque desde hace años.
La caída pública del príncipe comenzó en 2019, tras su desastrosa entrevista en Newsnight, donde intentó justificar su relación con Epstein. Más tarde aseguró haber roto con él en 2010, pero correos filtrados de 2011 insinuaron lo contrario.
Las revelaciones más recientes aparecieron en las memorias póstumas de Virginia Giuffre, publicadas en octubre, donde reiteró acusaciones de abuso cuando era adolescente. Andrés ha negado repetidamente todas las acusaciones.
El palacio cerró su comunicado con un mensaje directo, el rey Carlos y la reina Camila expresaron su apoyo y condolencias “a las víctimas y sobrevivientes de cualquier forma de abuso”.


