Opinión

Carta abierta a la Dip. Chávez[1] (Chávez vs Chávez]

Diputada:

No tengo el gusto de conocerla en persona, sólo sé de usted por aquello que dicen los medios y lo que usted misma difunde en sus redes sociales.

Antes que nada, permítame decirle que no voy a hablar de su relación de amistad, profesional, laboral o cualquiera sea la naturaleza de la misma con el exgobernador, exsecretario de Gobernación, excorcholata,[2] examigo de AMLO[3] y excremento, Lic. Adán Augusto López, ni a hacerme eco de las habladurías que multitud de medios difundieron en su oportunidad,[4][5][6][7][8][9][10] no; vamos a hablar de su desempeño como legisladora o, mejor dicho, de las omisiones en el ejercicio de su función.

La semana pasada, con motivo del destape de sus aspiraciones al Senado de la República, lanzó usted un ataque, otro, a la Gobernadora del Estado, María Eugenia Campos; se duele usted, de supuesta censura con motivo de la clausura de un espacio público.[11] Ésta, diputada, no es la primera invectiva que usted lanza contra el gobierno del Estado y en particular contra la titular del Ejecutivo local.[12][13][14]

Antes de proseguir, permítame una aclaración que no necesariamente va dirigida a usted —repito: no tengo el gusto de conocerla—, sino a la fauna de tepocatas y víboras prietas que la cortejan, particularmente en el Congreso del Estado, quienes tienen la piel demasiado sensible (y, todo sea dicho, cierto sobrepeso, hartos años y una admirable falta de cerebro que, a querer y no, se pregunta uno cómo le hacen para masticar o respirar). Ésta, diputada, no puede leerse como una calumnia o un acto de violencia política de género, ni un ataque a su persona, ni a su condición de mujer, ni de diputada, ni de militante de MORENA, ni nada por el estilo; no es, tampoco, una campaña negra o de odio o misoginia; ni ninguna de esas cosas feas de las que usted se queja cada vez que alguien contesta alguno de sus virulentos ataques[15][16][17](porque usted también trae lo suyo, no se haga).

Es más, considérelo como una mera curiosidad personal, perfectamente válida, al amparo de que hay dos cosas obvias: la primera, que absolutamente todo lo que escribo aquí está sustentado en medios de comunicación que han difundido la información de la que yo me sirvo (excepto lo de excremento, ése ya fue un chascarrillo de mal gusto, pero ocurrencia al fin); y la segunda, que lo suyo, lo suyo, lo suyo, no es la lectura ni el estudio (lo que se infiere con toda nitidez de aquella jocosa ocasión en que confundió usted los vocablos “barón” y “varón”[18]); por cierto, “Varona” es apellido y no el femenino de “varón”, se lo dejo como tip (de nada).

Procedamos.

Ignoro si usted sabe lo que es la división de poderes, así como las atribuciones y el funcionamiento de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión donde usted cobra; supongo que no; visto que estos dos años los ha dedicado a ser, en vez de diputada federal de mayoría, diputada local de oposición; va y vota allá cuanto le ponen en frente y viene y se desahoga aquí llena de vivos rencores. Le explico: en el ejercicio de sus atribuciones, los diputados no actúan por sí sino en representación de la voluntad popular, del pueblo, veamos: “La Cámara de Diputados se compondrá de representantes de la Nación, electos en su totalidad cada tres años”, “representantes de la nación”, reza el artículo 51 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. ¿Capta? Usted no es “diputada de Chihuahua”, no fue electa como tal; usted, de hecho y por derecho, representa al pueblo de México.

Y para serlo, para ser diputada, no basta con cubrir el territorio del Estado entero con propaganda ilegal por extemporánea;[19] hace falta algo más. Acepte un consejo que no me ha pedido: cuide su mote, consiéntalo, arrópelo, dignifíquelo. Ser el “Relevo Generacional” de nuestro país no es cualquier cosa, ser promesa de futuro no es bicoca; no lo confunda con ser un “Revuelo Gutural”, un “Regusto Grupal”, un “Recuento Ganancial”, un “Retobo General”, un “Resbalón Garrafal”, un “(mal) Recuerdo Gramatical”, un “Retortijón Gastrointestinal” o un “Resabio Gubernamental”; quiero creer que usted puede más, mucho más, de lo poco o nada que le ha dado a México en el desempeño de su cargo. Que tanta juventud y tanto descanso no sean de balde, diputada. Que ser joven no sea sinónimo de frivolidad, de ignorancia, de arrogancia, de intrascendencia, de servilismo o de placer temporal.

En ese sentido, por su bien, si tan ocupada está peleándose con el aire en la más alta tribuna de la Cámara en la que cobra —respecto de lo que, según usted, ocurre en Chihuahua—, sería maravilloso que aceptara el reto que públicamente y en reiteradas ocasiones le ha lanzado el Dip. Alfredo Chávez (Chávez vs. Chávez) ¿sí chave?[20][21]

No le saque, no le tenga miedo, no la va a morder, él es un caballero y no un rufián de pelo cano y colmilludo. Enfréntelo, cuestiónelo si puede, pero aquí en Chihuahua, de cara a la ciudadanía; y si el diputado le parece mucha pieza, búsqueme a mí; podemos hablar de lo que usted guste y mande siempre que platiquemos de lo que no ha hecho, de lo que ha dejado de hacer, sobre aquello que, vista su investidura como diputada FEDERAL (si gusta le explico de nuevo la diferencia con la diputación local), debería estar haciendo y no hace (o no ha hecho) por complicidad o por miedo.

Pero, ¿sabe qué es lo más triste de todo este sainete?, que no va a aceptar ninguno de ambos retos; ni el que le ha formulado el Dip. Chávez ni el que ahora le lanzo yo, ¿y sabe por qué?, porque, aunque no lea, aunque ignore el contenido de la Constitución (local y federal), aunque de leyes no sepa ni “j” y desconozca el alcance de su responsabilidad y de su encargo, sabe, o por lo menos intuye, lo que usted le ha quedado a deber al Estado, como le ha quedado a deber al país entero, al aceptar sumisa y callada, los despropósitos y canalladas del peor presidente que ha habido en la historia de este país.

No, diputada, usted tiene que usar la coartada que le ofertan los medios, el potente eco que le brinda la curul que entibia, el escándalo que le otorgan las redes sociales, el bullicio de fondo que le regala su partido, para hacer oír su voz porque, lo único cierto, es que usted no ha hecho nada para brillar con luz propia y no puede mostrar, o demostrar, ningún logro en beneficio del Estado, de sus habitantes o, peor aún, del pueblo de México, ése al que usted, al protestar el cargo, se obligó a representar.

Concluyo: para asumir el papel que pretende, de noble defensora de las causas de los chihuahuenses, es necesario tener las cara y las manos limpias y usted no las tiene. No es sólo el endeudamiento histórico, inaudito e irracional que usted ya votó para el año que viene, no diputada, es peor, es el persistente silencio de más de dos años y la complicidad criminal respecto de hechos aterradores como son la caída de la Línea 12 del metro, las 800 mil víctimas de COVID-19,[22] los 167 mil 400 ejecutados en lo que va del sexenio,[23] las más de 111 mil personas desaparecidas,[24] el fraude en Segalmex por más de 20 mil millones de pesos,[25] las decenas de migrantes asesinados por el Instituto Nacional de Migración en su natal Juárez[26] y los miles de millones de pesos que las locuras y despropósitos de AMLO le han costado al país.[27] Usted, diputada, con sus compañeros de bancada, al día de hoy, si no rectifican en algún momento, son una de las peores y más grandes tragedias que le han ocurrido a nuestro dolorido México.

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Luis Villegas Montes.
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