Al mismo tiempo, las aguas más cálidas aumentaron las necesidades energéticas de grandes peces que entraron a competir con los araos por las mismas presas.
En la capital del país vecino, Turquía, la combinación de un calor abrasador y aire húmedo dificulta la respiración en varias zonas, como en Estambul, donde la humedad roza el 100 por ciento.