Opinión

Cuauhtémoc estrena Centro de Convenciones.

Por; Manuel Narváez Narváez

Email: narvaez.manuel.arturo@gmail.com

La visita a una entrañable amistad de Cuauhtémoc, culminó con una grata experiencia.

El viernes al mediodía fui a darme una vuelta a la tierra de las Tres Culturas, para saludar a una amistad de larga data, y de pasadita degustar la excelsa gastronomía de la región.

Tras un año de ausencia visité ese municipio ubicado a 100 kilómetros al suroeste de la heroica capital.

De vez en cuando me doy una vuelta por aquellos rumbos en razón de su gente, el clima, las variables gastronómicas que ofrece; además de ser el lugar que inspiró una de mis dos noveletas publicadas: “El doble juego de la chica roja”.

El clima estaba muy agradable para tomar carretera y saludar a mi amistad, una persona dedicada a la educación por casi cuatro décadas y muy estimada por la sociedad cuauhtemense.

La cita fue en un restaurante bufete muy bonito ubicado a un costado del corredor industrial rumbo a Rubio. Sobra decir que la sazón de Cuauhtémoc es incomparable, e imagínense de postre panecillos, manzana procesada en diversas presentaciones y el queso que no tiene comparación. Delicioso.

Después de una amena charla, la anfitriona me invitó a conocer el nuevo Centro de Convenciones de Cuauhtémoc, por lo que nos dirigimos a esas instalaciones.

Recién el día anterior la gobernadora Maru Campos inauguró ese importante espacio para beneficio de comerciantes, productores y población en general de ese municipio.

La inversión pública fue en el orden de los 115 millones de pesos, es decir, es una obra de gran calado y utilidad, no sólo para los locales, sino para toda región occidental del estado.

El Centro de Convenciones “Tres Culturas” cuenta con amplias instalaciones para albergar exposiciones de gran importancia como la que organizó la Canacintra de esa localidad, para la inauguración.

Recorrimos los pasillos donde se instalaron al menos 40 productores y expositores de la región, prestadores de servicios, invitados de Sonora y emprendedores de Chihuahua capital.

Desde maquinara pesada para la poderosa industria de la capital latinoamericana de la manzana, productores de chiles, lácteos en diversas modalidades, destacando por supuesto la variedad de quesos que elaboran, sotol y servicios múltiples para el comercio fueron exhibidos por dos días en su exposición inaugural.

Por gestiones de mi anfitriona pude sacar al reportero junior que llevo dentro y entrevisté al director de Canacintra, a productores, a prestadores de servicios y a estudiantes.

En mi agenda no estaba previsto hacer esa visita, pero debo decir que fue muy grata y enriquecedora porque me permitió realizar una de mis pasiones favoritas que es la de compartir las cosas buenas que ofrece Chihuahua estado, además de la gente chida, chingona y trabajadora que le da rumbo a México desde el puritito norte.

Me encanta compartir lo que producen en cada región de la entidad, la oferta turística maravillosa que tenemos en los cuatro puntos cardinales y en cada rincón de los 67 municipios que conforman el estado grande.

Esa vueltecita a Cuauhtémoc fue confortante y aleccionadora. Confortante porque, vaya, cómo disfruto de su clima, de su gastronomía, de sus postres, de su desarrollo, de su economía local para el mundo y lo mejor de todo, de sus tres culturas que levantan la mano con orgullo por su gente chambeadora.

Y aleccionadora porque cuando el trabajo se hace con amor y con convicción, sin grillas, los sueños se hacen realidad.

Ahora Cuauhtémoc cuenta con su propio Centro de Convenciones de muy buen nivel, para realizar exposiciones importantes, como la que sigue de la manzana y, que sin lugar a dudas va a potenciar la economía local y regional. De por sí se las gastan como excelentes productores.

Enhorabuena por los cuauhtemenses que están contentos con el segundo Centro de Convenciones en el estado, (a ver a qué se ponen de acuerdo en Juárez), y palomita para el Gobierno estatal por esa importante inversión.

Así me gusta Chihuahua, con cosas útiles, que generen empleo, riqueza y buenas razones para comentar. Esto sí es amor por la gente y el terruño.

P.D. Por cierto, la carretera de ida y vuelta está en buenas condiciones. Ojalá y así estuvieran los tramos a Ojinaga y Parral, lugares que extraño porque tengo rato sin ir, precisamente por el mal estado de las rúas y por temor a toparme con tanto malandrín piojo que merodea por esos trayectos.