
fuente: Sergio Iván González | AFP
El gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo ejecutó este viernes un cambio constitucional que marca un giro en la política de Nicaragua: se elimina la posibilidad de tener doble nacionalidad. Con esta reforma, los ciudadanos que adquieran otra ciudadanía perderán automáticamente la nicaragüense.
La modificación fue aprobada por unanimidad durante una sesión especial de la Asamblea Nacional en Niquinohomo, atendiendo una iniciativa directa de los copresidentes.
El argumento: “no puede existir doble fidelidad”
La medida formaliza una postura que el oficialismo ha sostenido de facto en años recientes: no hay espacio en Nicaragua para ciudadanos con lealtades compartidas.
La reforma modifica los artículos 23 y 25 de la Constitución y establece que todo nicaragüense que jure lealtad a otro país será despojado de su nacionalidad. El razonamiento detrás de la medida, expresado en el propio dictamen, es contundente:
Además, se impone un nuevo requisito para extranjeros que deseen nacionalizarse: deberán renunciar a su ciudadanía de origen, salvo los centroamericanos.