
Expansión Política
Lidia Arista y Antonio Baranda
En su primer año de gobierno, Claudia Sheinbaum ha sorteado las presiones del gobierno de Donald Trump, dio un giro a la seguridad, lidió con la narcoviolencia y las polémicas de su partido.
En sus primeros 12 meses de gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum navegó entre la sombra —y el equipo— de Andrés Manuel López Obrador, las presiones de su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump,ylas polémicas dentro de su partido.
Este 1 de octubre, la presidenta Sheinbaum cumple el primer año de su sexenio, tiempo en el que se enfocó en dar continuidad a pendientes que dejó su antecesor, como la implementación de la Reforma Judicial o la terminación de obras inconclusas, pero entre los vaivenes, también dio un giro en la estrategia de seguridad e implementó sus propios programas sociales, con lo que ya comenzó a marcar un estilo propio de gobernar.
Expertos consultados por Expansión Política consideran que, en su primer año, la presidenta estuvo limitada por dos frentes principalmente: Trump y los “arreglos” de su antecesor que mantienen en posiciones clave a personajes como Adán Augusto López Hernández, como coordinador de la bancada de Morena en el Senado.
“Sheinbaum ha iniciado su gobierno en una posición muy apretada y muy complicada, con presiones desde distintos frentes: Estados Unidos, con Donald Trump, que está impulsando una agenda revisionista del orden global”, afirma el analista político Jacques Coste.
“Y la otra gran presión o limitante es que López Obrador, al dejar el gobierno, puso diversos arreglos que no le convienen a la presidenta. Dejó como líderes legislativos a hombres que no necesariamente responden a Sheinbaum, que son Adán Augusto López, Gerardo Fernández Noroña y Ricardo Monreal, además dejó a varios secretarios de Estado que tampoco responden necesariamente a Sheinbaum”.
La presión de Trump y la “cabeza fría”
Cuando la presidenta Claudia Sheinbaum tomó posesión el 1 de octubre y definió sus primeros 100 compromisos, prácticamente no se refirió a Donald Trump ni a Estados Unidos, pero es un binomio que marcó su primer año por las constantes amenazas y peticiones para evitar aranceles.
México está bajo constante presión de Estados Unidos desde que Donald Trump tomó posesión, pues el republicano firmó órdenes ejecutivas para imponer aranceles si el gobierno mexicano no frenaba el tráfico de fentanilo y el flujo migratorio hacia su país.
Ocho llamadas telefónicas entre los mandatarios y reuniones de alto nivel entre funcionarios de ambos gabinetes en la Ciudad de México y Washington permitieron pausar las tarifas arancelarias.
Sheinbaum apostó por una estrategia basada en la “cabeza fría”, la moderación y la no confrontación ante las amenazas arancelarias de Trump.
“Ha funcionado nuestra estrategia de cabeza fría, temple y defensa con firmeza de nuestros principios”, presumió la mandataria el 31 de julio.
Pero salir bien librada no fue gratuito. Su gobierno tuvo que ceder en varios aspectos —sobre todo en materia de seguridad y migración— para convencer a Trump o “para tenerlo feliz”, como dijo el propio republicano en un mensaje ante el congreso estadounidense.
Lo cierto es que la estrategia ha funcionado para mantener buena relación con su principal socio comercial y en comparación con otras naciones a las que sí se han aplicado fuertes aranceles.
Detrás de esa estrategia, que contrasta con el tono confrontativo de López Obrador, está el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, quien desde antes de la llegada de Trump a La Casa Blanca anticipó que el gobierno actuaría con “cabeza fría e inteligencia” para responder a los amagos arancelarios del republicano.
En agosto, Ebrard celebró que, gracias a esa estrategia federal, México logró acuerdos “espléndidos” con Trump que colocan a nuestro país en una mejor posición con respecto al resto del mundo.
“Yo creo que el siguiente paso va ser el inicio de los trabajos para la revisión de nuestro tratado en noviembre”, indicó el funcionario.

El siguiente reto en materia comercial es la revisión del T-MEC. Este martes, Ebrard reiteró que “se deben respetar las reglas del tratado” y anticipó que la revisión será entre los tres países, aunque algunos temas se negocian de manera bilateral.
Juan Manuel Ortega, profesor del Tec de Monterrey, considera que Trump marcó la agenda de la presidenta Sheinbaum.
La sombra de López Obrador ha dejado de ser el factor más importante para darle ese lugar a Trump”.
Migrantes y fentanilo
Para atender las demandas de Estados Unidos, México tuvo que desplegar elementos de seguridad en la frontera y arrancar una estrategia más frontal para contener el flujo migratorio y el tráfico del opioide sintético.
En los primeros meses del gobierno de Trump, gracias al endurecimiento de las medidas en ambos lados de la frontera, se redujo al mínimo el flujo de migrantes irregulares.
De acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de EU, en agosto se reportó la detención de 9,740 migrantes en la frontera con México. Lejos quedó la cifra de diciembre de 2024 (el último mes completo del gobierno de Joe Biden), cuando sumaron 96,037 detenciones de migrantes.
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De acuerdo con ambos gobiernos el tráfico de fentanilo también disminuyó. De los 899 kilos incautados en octubre del 2024 se pasó a 307 kilos el pasado agosto.
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Con Sheinbaum, México también regresó al escenario internacional. En su primer año, la mandataria realizó tres viajes al extranjero: a la Cumbre del G20 en Brasil, al G-7 en Canadá y a Guatemala.

Seguridad y combate a la corrupción
Uno de los giros más notables con respecto al gobierno de López Obrador es en la estrategia de seguridad y en especial en combate más frontal a los cárteles, ahora considerados terroristas por Estados Unidos y con lo que prácticamente quedó atrás la política de “abrazos y no balazos”.
En esta materia el hombre fuerte es Omar García Harfuch, quien encabeza el Gabinete de Seguridad, junto a los titulares del Ejército, la Marina y la Fiscalía General de la República.
Aunque ya no tiene bajo su cargo la Guardia Nacional —que ya está adscrita a las Fuerzas Armadas— la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana que encabeza, quedó muy fortalecida con diversas reformas constitucionales que se aprobaron en el Congreso, con las que se refuerzan la inteligencia y la investigación.

En seguridad, el gobierno de la presidenta Sheinbaum ha detenido a 32,424 presuntos delincuentes pero también ha colaborado con Estados Unidos.
En febrero se enviaron a 29 delincuentes de alto perfil y en agosto a otros 26 que eran reclamados por la justicia estadounidense. Entre ellos están Rafael Caro Quintero, Abigael González Valencia, líder de “Los Cuinis”, Servando Gómez “La Tuta” y a Miguel y Omar Treviño Morales, exlíderes de Los Zetas.
El combate al huachicol también es una prioridad para el gobierno de la presidenta Sheinbaum. De acuerdo con cifras oficiales, en tan solo ocho meses de gobierno, la administración actual decomisó casi 70 millones de litros de hidrocarburos de procedencia ilícita, un volumen que contrasta con los 46 millones asegurados durante todo el sexenio de López Obrador.
Pero en las últimas semanas el “huachicol fiscal” ha estado en el centro del debate luego de que se revelara una red que involucra a empresarios, delincuentes, funcionarios de aduanas y a miembros de la Secretaría de Marina.
El domingo 7 de septiembre el secretario de Seguridad informó sobre la detención de 14 presuntos involucrados con una red dedicada a la importación y venta ilícita de hidrocarburos evadiendo impuestos, entre ellos Manuel Roberto Farías Laguna, vicealmirante de la Marina y sobrino político de Rafael Ojeda, extitular de la Semar en el gobierno de López Obrador.
“Hoy la política de seguridad responde a las presiones arancelarias del presidente Donald Trump, que ha hecho de la seguridad el principal argumento a través del despliegue de las fuerzas federales y un combate frontal al crimen organizado que se observa en un número importante de detenciones, de decomisos de armas y de drogas y también de deportaciones”, explica Armando Vargas, coordinador de seguridad en la organización México Evalúa.
Esos resultados no solo son destacados por el gobierno de Sheinbaum, también son reconocidos por la administración de Donald Trump.
El otro sello de la presidenta
Más allá de López Obrador y las presiones de Trump, en los primeros 12 meses de su gobierno la presidenta Claudia Sheinbaum puso los cimientos de lo que ella dominó el “segundo piso de la Cuarta Transformación”.
Además de dar continuidad a pendientes que dejó su antecesor como la implementación de la Reforma Judicial y concluir obras, la presidenta puso en marcha sus propios programas sociales: Pensión Mujeres Bienestar, Salud Casa por Casa y Beca Universal para estudiantes de educación básica.
También dio el banderazo a los ferrocarriles para construir alrededor de 3,000 kilómetros de vías para rutas como México-Querétaro, Saltillo-Nuevo Laredo, Irapuato-Guadalajara y San Luis Potosí-Saltillo.
Salto al “fantasma de la recesión”
También en materia económica, el primer año de Sheinbaum logró evadir el “fantasma de la recesión” que se asomaba al cierre de 2024 y ahora se espera un ligero crecimiento, acompañado de una reducción en los precios de la economía. De acuerdo con Inegi, la inflación se colocó en 3.75% en la primera quincena de septiembre, ya dentro del rango de Banco de México.
Los precios en general no han resentido el efecto de los aranceles de Trump y, por el contrario, permitieron que el banco central iniciara una serie de bajas en la tasa de interés, que tendrán un efecto de aceleramiento en la economía en los próximos meses.
En este primer año de Sheinbaum se consolidó una de las operaciones financieras más relevantes de los últimos años: la venta de 25% de Banamex al empresario Fernando Chico Pardo , en una compra valuada en 42,000 millones de dólares y que puso fin a parte de la incertidumbre sobre el futuro del cuarto banco más grande de México, medido por activos totales, y que saldrá a bolsa en una Oferta Pública Inicial (OPI) en 2026.
Además, hace unas semanas, la presidenta celebró que a pesar de la política de aranceles, en la primera mitad del año se logró un registro histórico de Inversión Extranjera Directa (IED) en México.
El país recibió en el periodo enero-junio 34,264 millones de dólares, un incremento de 10% respecto de 2024 y más del doble que en 2017.
Ruslan Vivaldi Posadas Velázquez, profesor e investigador en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México plantel “Casa Libertad”, explica que la presidenta cosechó algunos indicadores económicos que le permiten mantener una alta aprobación ciudadana, sin embargo, el reto principal es la seguridad.
“Encontramos este balance positivo en términos de una buena economía, de buenos números macroeconómicos, sin embargo, persiste el aumento del crimen organizado y sobre todo cuestiones que son realmente alarmantes, como la desaparición de personas en México, que se ha hecho muy generalizada”, advierte.
Entre los desafíos que Sheinbaum enfrentó en su primer año resalta la crisis de violencia en algunos estados y la “guerra interna” que atraviesa Sinaloa por la disputa entre “Chapitos” y “Mayitos”.
Con su estrategia de seguridad, la exjefa de gobierno de la CDMX consiguió una reducción estadística del homicidio, sin embargo, expertos advierten que puede haber una reclasificación en el delito.
Es preocupante la narrativa de supuesta reducción cuando en realidad en el territorio la violencia continúa recrudeciéndose”.
Armando Vargas, coordinador de seguridad en México Evalúa.
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Mario Ramírez explica que como parte del estilo de la presidenta Sheinbaum se nota un esfuerzo por corregir algunas medidas tomadas por el expresidente López Obrador.
“Ella está ya asumiendo las riendas del poder de la administración pública. Está tratando de corregir algunas decisiones, veo, por ejemplo, que se está buscando tener un personal más técnico, más calificado en la administración pública, aunque el daño está hecho en estos últimos seis años de desmantelamiento de la capacidad del Estado”, señala.
El experto sostiene que la presidenta, quien goza de un respaldo ciudadano de alrededor del 75%, además muestra un estilo menos confrontativo que López Obrador.
“Tiene su propio estilo, por ejemplo, en las mañaneras que sigue en la rutina del expresidente vemos que tiene un diálogo que no es tan confrontativo. Busca siempre hacer la diferencia entre ‘no somos iguales, no somos los mismos’, pero no abona a la polarización política que el presidente mantuvo durante estos seis años en las mañaneras”, recalca.
“La actual mandataria se colgó en el proceso electoral de 2024 del carisma y popularidad de López Obrador. El carisma como tal no lo tiene, pero sí tiene, un respaldo popular y la presidenta destaca por su inteligencia”, agrega Ruslan Posadas.
¿A la sombra de AMLO?
Cuando Sheinbaum llegó a la Presidencia una pregunta rondó en la opinión pública: ¿Gobernará ella o se mantendrá la sombra de Andrés Manuel López Obrador?
Simón Hernández León, coordinador de la Clínica Jurídica Minerva Calderón de la Ibero Puebla, considera que Sheinbaum demostró, en los hechos, que tiene su propio estilo y liderazgo.
“Aunque el presidente López Obrador no tiene una presencia pública activa generó condiciones para mantener su liderazgo en el gobierno y en el partido más allá de su sexenio, lo que le permite seguir generando influencia política. Pero también es cierto que la presidenta está construyendo su propio liderazgo y estilo en un entorno bastante adverso para ella”, plantea.

Más allá de representar al mismo partido político, la primera mujer en gobernar el país lo hace acompañada por colaboradores cercanos a López Obrador.
De los 19 nombramientos que realizó Sheinbaum para su gabinete legal, 10 son de perfiles cercanos o que trabajaron en el gobierno de su antecesor, entre ellos, Rosa Icela Rodríguez, Ariadna Montiel, Lázaro Cárdenas Batel, Raquel Buenrostro, Rogelio Ramírez de la O, Juan Ramón de la Fuente, Marcelo Ebrard, Alicia Bárcena, Edna Elena Vega y Mario Delgado.
Y en el Legislativo su agenda es empujada por dos exaspirantes a la candidatura presidencial de Morena: Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal. Mientras que en Morena están figuras como la exsecretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, y el hijo del expresidente, Andrés Manuel López Beltrán.

¿Las polémicas de morenistas pueden favorecer?
La mandataria llegó a su primer aniversario de gobierno en medio de las polémicas de morenistas por sus excesos en lujos y gastos que no son acordes con sus salarios y con señalamientos de presuntos nexos o protección al crimen organizado como pasó con el exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco, Hernán Bermúdez durante el gobierno de Adán Augusto López. Éste último también en la polémica por presuntas irregularidades en sus ingresos de los últimos años.
Mario Ramírez, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, considera que independientemente de las críticas, estos episodios podrían favorecer a la presidenta porque el “claudismo” se fortalece frente al “obradorismo”.
Ella está aprovechando esos escándalos, no sé si es fuego amigo desde Presidencia o no, pero indudablemente se ve favorecida porque estas piezas claves del obradorismo, que de alguna manera le disputan poder, se están viendo debilitadas”.
Mario Ramírez, profesor de la UNAM.
Pero Jacques Coste afirma que, si bien la presidenta demuestra su estilo para gobernar, no le conviene marcar distancia del expresidente.
“Ella no se quiere quitar la sombra de López Obrador ¿Y por qué? Por el simple hecho de que es el presidente más popular en la historia reciente de México y porque gran parte de la mística, de la popularidad, del arrastre popular de Morena descansa en la reputación de López Obrador. Entonces, yo no creo que Sheinbaum se quiera quitar esa sombra, sino más bien que quiere utilizar esa sombra a su favor”, afirma el también columnista de Expansión Política.