Opinión

La justicia según Socrates.

Por: Francisco Flores Legarda

“Si todos los gatos son mortales, Y Sócrates es mortal,

Entonces Sócrates es un gato.” 

Jodorowsky

Los trazados que exupuestos han versado sobre temas políticos los cuales cansan, por ser iuna repeción de los mismos errores y acuerdos de los políticos. Por este motivo deseo compartir algunas ideas sobre la justicia.

En el primer libro de La República, Platón comparte una conversación entre Sócrates y Trasímaco, un orador sofista, que toca la naturaleza de la verdad, la justicia y el derecho.

“Proclamo que la justicia no es más que el interés del más fuerte”, dice Trasímaco a Sócrates. Continúa:

…las diferentes formas de gobierno hacen leyes democráticas, aristocráticas, tiránicas, con vistas a sus diversos intereses; y estas leyes, que son hechas por ellos para sus propios intereses, son la justicia que entregan a sus súbditos, y a quien las transgrede lo castigan como infractor de la ley, e injusto. Y esto es lo que quiero decir cuando afirmo que en todos los estados existe el mismo principio de justicia, que es el interés del gobierno; y como debe suponerse que el gobierno tiene poder, la única conclusión razonable es que en todas partes existe un principio de justicia, que es el interés del más fuerte.”

La afirmación de que la justicia no es “más que el interés del más fuerte” es cínica, pero es una afirmación que Trasímaco repite una y otra vez en su largo discurso con Sócrates. Desde el principio se intuye que Sócrates no está de acuerdo con esta visión de la justicia, y mediante una serie de preguntas atrae a un “sonrojado” Trasímaco para que conceda que la justicia no es un precepto arbitrario establecido por el Estado, sino una idea eterna que encarna “la virtud y la sabiduría”.

La conversación es sorprendentemente relevante hoy en día. Los fundadores estadounidenses, al igual que Sócrates, creían que la justicia consistía en algo más que “el poder hace el bien”. El sistema estadounidense está construido, podría decirse, sobre una visión socrática de la justicia: la ley natural. (Los Fundadores no establecieron, por desgracia, un sistema perfectamente justo).

El derecho natural (latín: ius naturalelex naturalis) es una teoría moral que afirma que los derechos existen al margen del Estado. Son “inherentes por virtud”, otorgados por un poder trascendente, y no pueden ser abrogados justificadamente. El derecho natural se basa en la idea de que la verdad objetiva existe y los seres humanos pueden determinarla.

Los juicios de Nuremberg, impulsados por las acusaciones presentadas el 18 de octubre de 1945 contra una veintena de personas por crímenes contra la humanidad durante la Segunda Guerra Mundial, fueron en cierto modo un triunfo de la teoría del derecho natural. Los fiscales argumentaron con éxito que oficiales militares y políticos alemanes como Goring, Jodl, Keitel y Frick violaron el derecho natural mientras servían a la maquinaria de guerra alemana, aunque sus acciones fueran técnicamente legales según la legislación alemana.

Los argumentos de los fiscales se hicieron eco de los de William Blackstone, que en 1765 se refirió a la supremacía del derecho natural en susb Cometarios sobre leyes de Inglaterra:

 Esta ley de la naturaleza, siendo coetánea de la humanidad y dictada por Dios mismo, es por supuesto superior en obligación a cualquier otra. Es obligatoria en todo el mundo, en todos los países y en todos los tiempos: ninguna ley humana tiene validez, si es contraria a ella”.

Esta opinión es claramente contraria a la de Trasímaco, que afirma que la justicia es una mera cuestión de poder. En su libro Las grandes ideas, Mortimer Adler explicó lo radicalmente diferentes que son estas concepciones de la justicia.

Uno lee estas palabras de Trasímaco y Adler -poder, lucha- y le viene a la mente otro famoso pensador: Karl Marx. Marx, por supuesto, veía la historia como poco más que un registro de “antagonismos de clase”. En el Manifiesto Comunista, desprecia abiertamente “las verdades eternas, como la Libertad, la Justicia, etc.”. Al igual que Trasímaco, Marx ve un mundo en el que “la fuerza tiene razón”.

Así pues, si quieres conocer la mente y la política de alguien, pregúntale por la justicia. Pregúntale si se trata de una idea arraigada en la verdad o determinada por el poder. Si su respuesta es similar a la de Trasímaco, probablemente te dirá mucho sobre sus ideas morales y políticas.

Salud y larga vida

Profesor por Oposición de la Facultad de Derecho de la UACH.

X profesor_F