
fuente: AFP
La caída de la inflación, el temor a una debacle y el rechazo al peronismo ganaron la batalla, según votantes y analistas, para que los argentinos respaldaran al presidente argentino Javier Milei en las elecciones legislativas del domingo pasado.
El partido ultraliberal de Milei, La Libertad Avanza (LLA), consiguió más de 40% de los votos sobre 31.6% de las agrupaciones del peronismo, un histórico partido nacionalista e industrialista.
El rechazo al peronismo “pesó más” que los escándalos políticos y de corrupción que envuelven al gobierno de Milei, una corrida cambiaria y “el desgaste con el estilo del liderazgo presidencial”, opina el politólogo Carlos Fara.
Después que el Congreso bloqueara vetos de Milei a leyes que actualizaban fondos para universidades, salud y discapacidad rezagados desde 2023 pese a la inflación de tres dígitos, “la sociedad llegó a las urnas agotada, desilusionada y con poca energía”, añadió.
Eso se tradujo en la escasa participación, cerca de 67%, la más baja desde 1983 en un país con voto obligatorio.
Del lado opositor “no solamente no hubo autocrítica por los desastres realizados en los gobiernos anteriores, sino tampoco alguna idea superadora respecto a lo que está pasando con la agenda de reformas que propone el gobierno”, comenta el politólogo Sergio Berensztein.
El mensaje de la oposición se concentró en “poner un freno a Milei”, agrega el politólogo Carlos Germano. “Muchísimos sectores apostaron al cambio ante una oposición que estaba planteando más de lo mismo si ninguna alternativa al plan económico y al proyecto de Milei”, añade.
Victorio, ciudadano argentino de 70 años, votó a Milei pese “a que sabe poco de política” porque “más allá de sus errores, económicamente está tratando de sacar a Argentina del pozo en que lo metieron los gobiernos anteriores”, resumió.
El electorado valoró la baja de la inflación pese al sufrimiento social que Milei ocasionó con su motosierra que recayó en forma desigual sobre sectores débiles como los jubilados y golpeó el poder adquisitivo de la clase media.
También se perdieron decenas de miles de empleos, cayeron los salarios y se recortó la financiación para ciencia, educación, salud y obra pública, en pos de metas fiscales.
Pese a los síntomas recesivos de la economía, primó la “memoria traumática” de la inflación, considera la analista Shila Vilker, directora de la consultora Trespuntozero.
No subestimaría la estabilidad y el control de la inflación, que para la psiquis de una buena parte de los argentinos es algo extremadamente valorado”, añade Vilker.
La irrupción de la propuesta de superar la crisis mediante una ayuda millonaria de Estados Unidos que el propio Donald Trump condicionó a un éxito electoral de Milei jugó su papel en la campaña.
La aparición en la campaña del auxilio de Estados Unidos ayudó a que no termine de explotar el tema del dólar que había entrado en un espiral alocado y con la ayuda de Estados Unidos se aquietó”, señala Germano.
Es un tema que está en cuestión, ambivalente, muy criticado por una parte de la población argentina”, que lo tildó de injerencia, dice Vilker. “Pero también ha sido muy valorado por otro segmento importante del electorado” como un oportuno salvavidas, agrega.
Germano opinó que esa ayuda fue importante para el triunfo de Milei, “pero no trascendental”. Lo que más primó fue “la apuesta a un proceso de cambio que está a mitad de camino, con muchos errores por corregir, pero frente a lo otro que ya lo conocían”.
			
        
