Opinión

Los demonios en la política.

Por: Francisco Flores Legarda.

El señor presidente en funciones hasta que entregue la estafeta a la presidenta electa de México, tiene o debe darle un rumbo distinto al país por el momento se ha visto, lo cual es facir de ver, apoyo a capa y espadas las reformas al poder judicial, cuando hace un par de meses dejo entrever que podría haber un dialogo para revesir las mismas. Esto no ocurrio, en menos en un par de semanas cambio su discurso, para que estas reformas al Poder Judicial fueran aprobadas por el Congreso de la Unión, cuando este sigue en manos de AMLO, lo cual quedara para la historia marcado como lo hiciera Porfirio Díaz acomodo con la celabración de la indendencia, similar cuando el presidente pública al refomar al Poder Judicial.

Así tambien recordemos cuando Plutarco Elias Calles fundar de lo que hora es el PRI, de lo que queda, en su rancho recibia a secretarios de estado, diputados senadores, la mayor parte de políticos y empresarios, para seguir dando consejos “para el bien gobernar”. Al margen de su autoritarismo supo gobernar el arte de la política, sento a generales, obreros, campesinos, empresarios, para tener al orden evitando el caos que se vivia en aquellos tiempos, formando su partido, lo cual no es cualquier cosa, concrento al poder. Como alumno de Elias Calles formo su partido, ahora estara sentado como este.

Ahora el todavía presidente de la República con el mismo animo de Calles aunque lo niega o desconsca la historia de Elias Calles, busco apropiarse del Estado lo cual logro. No veo algun agente político que cuando menos haya tenido la osadica de darle un consejo, no veo que haya sido así. En este parrafo quien señalar como el presidente ya coloco a su hijo en partico MORENA, de su propidad en cargo de mando, que influira en las desiciones de también su partido.

La política no es un juego de ángeles, la hacen las personas y, en algunos casos, verdaderos demonios, seres atormentados, resentidos, subyugados por una idea, incendiarios que se asocian en secreto con el fin de llevar el caos a la sociedad, con el objetivo inmediato de desestabilizar al Estado, al gobierno, y también con la ilusión de hacer crecer de las cenizas de todo aquello que desean quemar una nueva forma de vida, ajustada a la utopía que aparece en los libros que leen, un ideal superior que justifica sus crímenes, sus traiciones, su autoritarismo; un ideal al que ellos se aferran con fanatismo; un ideal que esconde y decora lo miserable de sus vidas.

En 1871 Fedor Dostoievski publica una de sus grandes obras, Los Demonios, novela política, novela de ideas, que al tiempo que describe la penetración de la sociedad rusa por grupos subversivos, nos muestra el lado perverso de la humanidad, la maldad, la perfidia que escondemos, la hostilidad ideológica, ese subsuelo emocional que algunos años después Freud entendería con lucidez, como ejemplo basta la pervesidad de los actos de MORENA, que afirman que el Estado son ellos. Se les olvida que; “El pueblo siempre tiene la razón pero aveces se equivoca”. Lo cual ocurrio.

Dostoievski muestra estas bajezas en los nihilistas que transitan su novela y también parece decirnos que no solo ellos son así, que eso que en sus personajes está tan explícito, de una u otra forma habita el inconsciente de todas las personas.

En el siglo XIX surge la edad de oro de la literatura rusa, que a su vez constituye uno de los pilares de la literatura moderna. Sergio Pitol dice que al menos dos grandes conflictos sociales condicionan y recorren esta extraordinaria producción literaria: el debate por la liberación de los siervos y el choque entre la Rusia tradicional y la modernidad, que provoca la confrontación de ideas y costumbres entre eslavófilos, prorrusos y proeuropeos occidentales. De la mano de estos últimos llega la liberalidad cultural, sexual, el ateísmo, las ideas demócratas, la triada libertad, igualdad, fraternidad y también el socialismo y el anarquismo, como el de Fourier o Proudhon, que son algunos de los autores que leen y distorsionan al calor de sus pasiones los personajes de Los Demonios.

Estos revoltosos forman parte de una nueva generación a la que Dostoievski teme y rechaza, son jóvenes que han vivido en Estados Unidos, en Suiza, en Francia, no pertenecen a la gran nobleza que aparece en las novelas de Tolstoi ni tampoco a la clase social de los siervos, aunque algunos de ellos tengan en su familia ese pasado de aristocracia o de servidumbre. Los personajes de la novela se mezclan con nobles venidos a menos, con funcionarios, con intelectuales, algunos son estudiantes que van de San Petersburgo a las provincias, son emocionalmente inestables, sus relaciones con las mujeres son dramáticas, desgraciadas y ellos, sobre todo, trabajan en grupo, se mueven en manada, en células de cinco o seis miembros que quieren llevar el terror a toda Rusia. Dicen conocer al pueblo, hablan en nombre de él, en la ficción son presentados como socialistas y si bien es cierto que algunas de sus ideas coinciden con esta perspectiva política, sus acciones los acercan más al nihilismo.

Según Octavio Paz, el mundo de Los Demonios “es el de una sociedad enferma de esa corrupción de la religión que llamamos ideología (…) Dostoievski amaba a los pobres y a los simples, a los humillados y ofendidos, pero nunca ocultó su antipatía hacia los que se decían sus salvadores.” López Obrador dice amar al pueblo, pero el que le aplaude, no demos olvidar que una gran parte de los ciudadados no votaron, por lo cual debe cambiar su tono la presidenta ya que le explotara la bomba en la mano. No fue así las reformas al poder judicial, ya fue, siguen el restos de las reformas que afectaran a todas instituciones que el mismo lucho para su constitución.

La banda oculta sus planes (MORENA), se mueve con sutileza entre personas comunes y corrientes que al relacionarse con ellos dejan ver sus debilidades, sus pasiones, las cuales son observadas con atención, son registradas y en más de una ocasión son usadas para los fines políticos de la asociación ilícita.

La ambigüedad con la que está contada esta novela le hace difícil al lector detectar de qué se tratan todos esos diálogos que van de un tema a otro,  hasta que se da un puñetazo, se reparten manifiestos por las calles, hasta que se incendian casas, hasta que comienzan los crímenes.

El PAN esta destruyo sin rumbo diregente no encuentra la salidad ante la controversia al interior y simpatizantes, pero por lo pronto Marco Cortez ya es Senador de la República.

Respecto al PRI, a pesar de su destrade en las elecciones su dirente Alito Morena, todavia digente de este partido es un político peligroso, a entregado su  sangre para que se acerque el tiburon y para darle un sarpazo, pero tendra que sacrificar y ceder un poco del poder que ostenta, el cual no es mucho.

Datos.- “Dostoievski: el diablo y el ideólogo.