
Por: Franc isco Flores Legarda.
“Un hombre justo siempre se cree injusto.
Un hombre injusto siempre se cree justo.”
Jodorowsky
Se acabaron los tiempos en donde los ciudadanos teniamos instituciones para enfrentar los actos arbitrarios del poder ejecutivo y legislativa, ahora estamos frente a un grupo de justicieros que más bien parece personajes de “La liga de la Justicia”; Super Man, Bat Man, y Robin, La Mujer Maravilla, Acua Man, Thor, Los Cuatro Fantasticos etc. Quienes de niños erán nuestros heroes que cuando menos si sometían a quienes buscaban “apoderarse del mundo” como Pinky y Cerebro. En esto se esta combirtiendo lo que era la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En los medios de comunicación vemos como los dueños del país ahora tienen reuniones constantes con los juzgadores con el proposito dicen; “Construir una agenda para ahora sí hacer justicia para el pueblo”, como si ellos fueran los patriarcas y dueños de México – que si lo són -. Los felicito grandes estadistas de Morena todos o casí todos estamos esperando como siguen despedasando al Estado Mexicano. Plutarco Elías Calles les quedo guango.
La Declaración de Derechos Humanos que de facto el Estado Mexicano ya no forma parte por las reformas a la Constitución, reconoce como derecho de toda persona ser escuchada ante un tribunal independiente e imparcial y la Constitución de la nuestro país ya no garantiza que los órganos de la Función Judicial, goze de independencia interna y externa. Por lo tanto, los jueces deben gozar de la garantía de independencia y ejercer de manera libre nuestras labores en el marco de la Constitución, las leyes y los méritos del proceso, lo cual fue enterrado en su ataud y clavado. Fue importante que las reformas se ubicaran sobre los estándares internacionales que garantizan la independencia judicial.
Mucha nos inconformamos, nada paso. El senador Noroña con gran hironia y prepotencia dijo en uno de sus choros mareadores, que la consulta no habia tenido el objeto que tenán objeto alguno un parametro para las reformas consticionales, sobre el Poder Judicial. – Nosotros los decimos así porque es parte de las reformas del Movimiento -. Ahí lo dejo para que tanta interpretación é inutil gasto de tinta.
“Sin justicia independiente, no hay Estado de Derecho”. Que jueces y juezas trabajen en forma independiente e imparcial, para resolver los problemas jurídicos, es una necesidad de toda sociedad. La Carta Democrática Interamericana, firmada por todos los países de la región habla de la democracia representativa y sus elementos sustanciales son: el respeto a los derechos fundamentales, las libertades personales, su acceso al Estado de Derecho y la separación de los Poderes Públicos. En méxico ya no existe.
No habra desarrollo sostenible si no hay sistemas judiciales independientes, abiertos, inclusivos y que rindan cuentas. La independencia e imparcialidad son los principios esenciales de un poder judicial, en el marco de un Estado Democrático, Social de Derechos.
Los los sistemas judiciales que abandonan los principios de independencia e imparcialidad y se unen a los cabildeos políticos, se convierten en factores decisivos de impunidad en los casos de crimen organizado, corrupción, violencia y de las diversas violaciones de los Derechos Humanos. Estos más que cabilderos son los que están bajo el control del partido oficialista.
Lo que erá el empleo de la justicia como valor jurídico, ahora socabado, se ha constituido ahora esta epóca en un “agujero negro”, queservira para justificar y legitimar a todos aquellos que han detentado y aplicado los mecanismos de dirección o resolución de conflictos existentes entre los miembros de una comunidad social, pero que en nuestros días, dejo de tener sentido. Es más, hoy no existe con claridad, en absoluto, ni una fundamentación racional para valores y un orden de principios, ni un sistema de preferencias discutible y reconocible racionalmente para la determinación de la jerarquía de valores y para una ponderación de los mismos, edificada sobre ella… La invocación a un orden o a una ponderación de valores, no es, por lo tanto, ninguna fundamentación de aquello, para lo que se ofrece como fundamento. Más bien, oculta decisiones ponderativas y mantiene una apariencia racional que se sustrae a la fundamentación real las que nos aparta de la obligación entregar justicia a los ciudadanos.
“El país que no tenga leyendas -, está condenado a morir de frio”. Es muy posible. Pero el pueblo que no tenga mitos está ya muerto. Ahora darán el paso a la “Liga de Justicia”, a cargo de la Presidenta, perdon el ministrio Hugo Ortíz. La función de la clase particular de leyendas que son los mitos, es, en efecto, expresar dramáticamente la ideología de que vive la sociedad, mantener ante su conciencia, no solamente los valores que reconoce y los ideales que persigue de generación en generación, sino ante todo, su ser y estructura mismos, los elementos, los vínculos, las tensiones que la constituyen; justificar, en fin, las reglas y las prácticas tradicionales, sin las cuales todo lo suyo, se dispersaría. Como diría Vygotsky, consciente de que el olvido es un gran roedor, el hombre pone a salvo sus recuerdos. Y ha aprendido a dominar su memoria natural mediante signos, que actúan como estímulos artificiales o autogenerados. Los acordeonos judiciales el último remate.
Así, las Horas, eran unos seres que distribuían las lluvias y el rocío, abrían y cerraban las puertas del Olimpo, presidían las bodas de los dioses y las vidas de los hombres. Eran diosas del equilibrio y la armonía vitales, y creadoras del bienestar, al tiempo que impulsoras de la convivencia. De todas ellas, sólo la Justicia tiene un interés mitológico. Termino esa parte de nuestro país. Se las conocía con los nombres de Eumonia, que representaba la legalidad; Dike, que personificaba el derecho y la justicia; y Eirene o Irene, que materializaba la paz. Con lo que vemos, que incluso desde el principio, se produce una ósmosis conceptual entre los conceptos de justicia y derecho, aún a pesar de ser nociones totalmente diferentes.
La palabra derecho “directum”, no procede de la tradición jurídico romana, sino que pertenece al lenguaje vulgar tardo-romano, de inspiración judeo-cristiana y, refleja la idea moralizante de que la conducta justa es aquella que sigue el camino recto (opinión mantenida por el insigne García Gallo). La palabra romana es “ius”, que significa lo justo, es decir, el orden judicial socialmente admitido, formulado por los que saben de lo justo, es decir, por los “iuris prudentes”. Ahora estas nociones de derecho con el gobierno son imprudentes.
En el mundo del derecho, la justicia siempre ha ocupado una posición central, aún a pesar de ser un valor de contenido variable, nunca plenamente aprehendido, cuya definición y determinación ha estado sometida a la constitutiva variabilidad de las circunstancias históricas. En teoría, la justicia es la idea específica del derecho. Está reflejada con un grado mayor o menor de claridad o desfiguración en todas las leyes positivas y es la medida de su corrección. Es un valor trascendente y se manifiesta como necesidad constante que debe presidir las relaciones de convivencia. Nace en el seno de una sociedad para cubrir una exigencia social, no es un “flatus vocis”, una fórmula vacua y vacía.
Como base y principio del derecho y del ordenamiento, la justicia, delimita y armoniza los deseos, pretensiones e intereses en conflicto de la vida social de la comunidad. Adoptando la idea de que todos los problemas jurídicos son problemas de distribución, el postulado de justicia, equivale a una demanda de igualdad en el reparto de ventajas y cargas.
La justicia es la igualdad. Ya en el siglo IV a.C., los pitagóricos, simbolizaron la justicia mediante el número cuadrado, en el que lo igual está unido a lo igual. Desde entonces, la idea de justicia ha presentado innumerables variantes (a cada uno según su mérito, según su contribución, según sus necesidades, según su capacidad, según su rango y condición, etc.). De este modo, la idea de justicia parece ser una idea clara y simple dotada de una poderosa fuerza motivadora, que goza muchas veces de una comprensión casi instintiva (los niños de pocos años, apelan ya a la justicia si uno recibe un trozo de tarta más pequeño, llegándose incluso a sostener por algunos autores, que hasta incluso los animales poseen el germen del sentimiento de la justicia)
Los ciudadanos ya no estamos frente a un estado de derecho que pretenda mejorar de las estructas del Estado. Solo quedaron edificios en donde falta que le pongan en un letrero – Solo para los del movimiento de la 4 T –
Frente a estos heroes de la “Liga la Jusitica” nosotros seremos los enemigos del pueblo. Cada quien escoja su personaje.
Salud y larga vida
Profesor por Oposición de la Facultad de Derecho de la UACH.
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