Opinión

Ojinaga-Aldama: Una Ruta Mortal.

Por: Moisés Alvarez Palacio.

La carretera que conecta Ojinaga con Aldama se encuentra en un estado deplorable, y este deterioro ya ha cobrado vidas en accidentes automovilísticos. A pesar de la gravedad de la situación, ninguna autoridad —ya sea local, estatal o federal— ha tomado medidas efectivas para reparar este tramo, que representa desde hace mucho tiempo un riesgo constante para todos los que transitamos en este tramo.

Es evidente que las autoridades de los diferentes niveles de gobierno se han enfrascado en debates políticos que no resuelven este problema. Porque argumenta que no hay recursos económicos suficientes, que la responsabilidad recae en otro nivel de gobierno o simplemente no es prioritario  para ellos. Mientras tanto, las tragedias mortales continúan ocurriendo.

Lamentablemente, los gobernantes, independientemente del partido al que pertenezcan —ya sea PAN, PRI, MORENA u otro—, parecen priorizar sus intereses políticos y personales sobre las necesidades del pueblo. Los actuales gobernantes han dejado en segundo plano la seguridad y el bienestar de la ciudadanía.

La pregunta que debemos hacernos es: ¿Cuántas vidas más deben perderse para que se tomen acciones concretas? Es necesario reparar la carretera con materiales de alta calidad y durabilidad, dejando de lado las soluciones temporales y de bajo costo que, aunque seguramente el presupuesto asignado fue elevado, la calidad de la reparación no lo refleja. Es probable que, debido a actos de corrupción, una parte de esos recursos haya sido desviada, resultando en trabajos de baja calidad que no garantizan la seguridad de quienes transitamos por esta carretera.

Como ciudadanos, no nos interesa si la responsabilidad recae en el gobierno federal, estatal o municipal. Lo que exigimos es una solución inmediata y efectiva. Si las autoridades no actúan, es posible que sea la sociedad civil organizada  es la que deba tomar medidas para presionar a los gobernantes.

Es momento de recordar que los políticos y gobernantes representan una minoría, mientras que la sociedad es la mayoría. Es necesario que como ciudadanos despertemos, exijamos nuestros derechos y trabajemos juntos para asegurar que se prioricen las necesidades colectivas sobre los intereses individuales o partidistas.

La reparación de esta carretera no es solo una cuestión de infraestructura, se trata de salvar vidas y garantizar la seguridad de todos los que transitan por ella.

P.D. Deseo un feliz año nuevo a todos mis lectores. Esperemos que este 2025 sea el año en que las autoridades, finalmente, reparen esta ruta mortal como corresponde.