Opinión

La batalla que viene por Chihuahua.

Por: Manuel Narváez Narváez

Email: narvaez.manuel.arturo@gmail.com

A dos años de distancia para renovar la gubernatura, el congreso local, los ayuntamientos, las sindicaturas y la cámara de diputados, Morena va definiendo su agenda política.

El primer domingo de junio de 2027 los chihuahuenses saldremos a votar a quienes queramos nos gobiernen los siguientes 6 y tres años.

Por su activismo ilegal de precampaña, conocemos algunos rostros de morenos y azules. Algunos o muchos de ellos seguramente serán botados, pero a ch.s.m.

Amén del torrente de rostros sobreexpuestos y de desconocidos, la propaganda en la que se pinta el mundo idílico que jamás llega, volverá a embaucar a muchos.

Morena cuenta con amplias posibilidades de recibir las riendas de manos de la primera gobernadora del estado, según encuestas y pronósticos de expertólogos que, como en cada elección que se avecina, facturan en grande para maquillar resultados a contentillo del que paga.

Ya se sabe que la 4T está conformada por una insignificante izquierda genuina, porque el resto son oportunistas que se hicieron millonetas cobrando como legisladores, funcionarios públicos o como prestanombres cuando militaban en el PRI y el PAN.

Siguiendo el librito del golpeteo, fanáticos y meritorios hacen labor de zapa, abierta u oculta, para ir sembrando discordia entre la población las debilidades de la administración actual, para explotarlos en la elección del 27.

En la siembra de tempestades, Morena centra sus prioridades en las deficiencias de salud, seguridad, medio ambiente, movilidad, deuda y corrupción.

Despotrican en contra del gobierno estatal por el declive en el servicio de salud y la falta de medicamentos de Pensiones Civiles del Estado, lo cual es parcialmente cierto porque se acerca a la terrible situación que viven derechohabientes del IMSS e ISSSTE.

Morenos y exprianistas se quejan de la inseguridad en la capital del estado, y por el altísimo costo del proyecto centinela que, para ellos, es un rotundo fracaso y no ha disminuido los índices de inseguridad en la entidad. Pero enmudecen ante los 200 mil ejecutados durante el primer piso de la 4T.

Satanizan la honestidad y credibilidad de la mandataria estatal tal como lo hicieron con los fideicomisos, los expresidentes y el poder judicial, acusando favoritismo en las compras de automotores a las empresas de su cónyuge.

Y tienen colgados corchetes con presuntas compras irregulares de los folletos que repartieron durante el impedimento legal provisional de la distribución de los nuevos libros de texto; así como pagos millonarios a los despachos de consultoría de exfuncionarios calderonistas y de un exgobernador de Oaxaca.

Sin embargo, el gobierno federal anterior no demostró sus acusaciones, pero sí calló ante el sobre precio en la adquisición de medicamentos y en las obras insignias del sexenio anterior, así como en las multimillonarias compras directas a parientes, amigos de sus vástagos y cercanos al expresidente de la honestidad valiente.

En el tema de movilidad, los neo morenistas intentaron infiltrarse entre los demandantes ciudadanos que solicitan ordenamiento vial e infraestructura educativa, pero fueron descubiertos y expuestos a la opinión pública.

Notoriamente la agenda y estrategia de golpeteo se centra en la persona de la gobernadora, en sus colaboradores más cercanos, en la figura del alcalde capitalino y en la ciudad de Chihuahua.

A considerar:

1.- La inversión en programas sociales han beneficiado a más de 650 mil chihuahuenses. Es cierto, como tan cierto es que se ha creado una dependencia electoral.

2.- La alcaldía de Juárez ha sido reforzada con recursos públicos federales, lo que le ha permitido pavimentar cientos de calles y construir un sinnúmero centros comunitarios, además de los beneficios fiscales como la reducción del IVA y el ISR.

3.- El ayuntamiento de Chihuahua realiza obras con recursos propios. Pero no recibe apoyo del estado ni de la federación para construir nueva infraestructura vial.

A diferencia de Juárez, la capital no administra el transporte público. Lo hace el ejecutivo estatal.

El gobierno estatal por su parte:

1.- Ha enfrentado, a veces con recursos propios, la embestida del crimen organizado. Con la ayuda -reconocen- de la guardia nacional y del ejército, Chihuahua ha descendido del 4o al 7o. lugar entre los estados más violentos.

2.- La sequía ha sido implacable como nunca. Los incendios se combaten con recursos propios y apoyo de bomberos de otras entidades, ya que el presidente anterior desapareció el Fonden.

3.- El brote y expansión del sarampión nos colocan en la cima de los contagios, para lo cual el titular federal de salud vino a dar el banderazo de la semana de vacunación, y se reconoció el esfuerzo de la autoridad estatal. No se olvide que en el sexenio federal anterior se eliminaron los recursos para las campañas de vacunación.

4.- El gobierno estatal reencausó recursos para adquirir camiones del transporte público de Ciudad Juárez, toda vez que la administración del neomoreno exgobernador la dejó inconclusa.

En comparativos:

La deuda pública de Chihuahua pasó de 51, 880 millones de pesos en 2021 a 54, 746 millones de pesos. Mismo cuarto lugar nacional que en 2021.

La deuda pública de México pasó de 8 billones 87 mil millones de pesos en 2018 a 15 billones 521 mil millones de pesos en 2025. La más alta en historia.

En materia de corrupción, México pasó del lugar 138 de 180 países en 2018, al 140 en 2025. Es el penúltimo lugar en entre los países más desarrollados (OCDE).

Esta es la realidad en Chihuahua a dos años de renovar en el gobierno a la clase política.

Es cuanto.