( N.A. ASI VAN LAS MAYUSCULAS Y minusculas, PARA DESTACAR LA PALABRA ACAPULCO)
G. Arturo Limón D.
Como el músico poeta Agustín Lara expresó al grabar en 1946 su magistral vals, María Bonita y convocados hoy por Pálido Punto de Luz, a este ejercicio de reflexión y prospectiva a un año justamente de aquellas doce horas en que Otis pasara de ser una tormenta tropical a un huracán de categoría 5 — la más intensa en la escala Saffir-Simpson — que tocó las playas de Acapulco a las 00:25 horas del 25 de octubre de 2023
Se dijo en su momento que la fuerza del fenómeno acabó con el esplendor del puerto, la verdad ha sido doloroso el hecho, pero la memoria, que es nuestra historia y la acción de todos por entender y atender la realidad del otrora llamado paradisiaco puerto de Acapulco, está por escribirse, aun.
He empleado en el título de este trabajo el termino pulsar bajo la acepción que la RAE establece cuando señala que: pulsar es “Tantear un asunto para descubrir el medio de tratarlo.” Y esta es la obligada reflexión y el inicio de la acción para la prospectiva, porque de que es necesario entender y atender la realidad del puerto, ni duda cabe, nos ayuda en la tarea nuestra memoria, que es la historia de Acapulco, hablare también de ella, desde el origen de su nombre proveniente del náhuatl clásico Acapolco, compuesto de acatl (“carrizo”), poloa (“destruir”), -co (“lugar”), “sitio donde se destruyeron los carrizos. Así que en su nombre parece encontrar el destino de su choque con esas fuerzas ela naturaleza, nadie se engañe ya que desde su fundación por los indios Tahica que data de hace casi 2000 años se han derivado historias una ella de amor entre además un historia de amor de dos jóvenes indignas que reservaremos comentar por espacio para otro momento.
En un rápido devenir histórico podemos señalar que, durante la época colonial, Acapulco fue seleccionado por Hernán Cortes para ser un lugar donde se construyeran galeones dedicados a explorar los mares del sur.
En 1565 Fray Andrés de Urdaneta en su viaje de regreso de las Filipinas desembarcó en la Bahía de Acapulco, y fue el primero en navegar la ruta que se convertiría en la famosa Nao de China o Galeón de Filipinas, por más de 200 años.
El desembarco de las mercancías provenientes de Oriente fue siempre una ocasión para celebrar con una feria de comercio, donde la mercancía era intercambiada por productos de España, México y Perú.
Los piratas comenzaron a detectar la riqueza de todas estas naves y en repetidas ocasiones atacaron la bahía. Así que Adrián Boot construyo el Fuerte de San Diego en 1617.
En 1599 el rey Carlos II de España le dio a Acapulco la categoría de ciudad.
En 1811, durante la guerra de independencia, José Maria Morelos intentó apoderarse del Fuerte de San Diego, sin mayor éxito. Durante la intervención francesa, Acapulco fue considerado un punto estratégico, aunque la marina permaneció ahí solamente tres días.
Ya en el siglo XX…
En 1927, el Gobierno Federal pavimentó el camino entre México y Acapulco, y en 1928 se construyó un aeropuerto. El periodo presidencial del Lic. Miguel Alemán le dió un gran impulso al puerto construyendo la avenida principal que corre a lo largo de toda la bahía, ahora la Avenida Costera Miguel Alemán.
El puerto comenzó a crecer de Caleta a Hornos, y así esta zona se convirtió en el centro de actividades durante la década de los 50’s. logrando un auge mundial durante la década de los años 60’s cuando se dice tuvo su luna de miel ahí en esos tiempos parejas como las de Jackeline Bouvier y John F. Kennedy, que habitarían después la Casa Blanca, en la cinematografiar con su festival que llevaría el nombre del puerto y estaba a la par del de Cannes mismo atrajo luminarias diversas que después harían del Acapulco o su casa de veraneo.
Es justamente en finales de esa década de los años sesenta que mi personal memoria entra en la historia, visite por primera vez el puerto cuando se celebraron ahí las Olimpiadas del 68 aquel octubre también de infausta memoria por la masacre de Tlatelolco y de luminosa realización de los Juegos Olímpicos recuerdo haber trabajado ese otoño ya en la Biblioteca del Centro Escolar Benemérito de la Américas como catalogador de la Colección Botas y junto con mi compañero de apellido Echeverría, mejor referido en esos tiempos entre nosotros por su tono de piel como “el chocolate” ganamos veinte días laborables por la tarea cumplida y con lo ganado fuimos a Acapulco a ver a los velero en la Olimpiada , y a sorprendernos al ver a los clavadistas lanzarse desde 40 metros en La Quebrada, que era una proeza para nosotros los atrevidos citadinos de balneario que alguna vez saltamos de trampolines de 3, 5 y los audaces de 10 metros, de verdad aquello era el paraíso no solo de los nadadores, de la pesca y la comida que el presupuesto de estudiante permitida.
Pero Acapulco siempre fue un lugar de acogida, que se ajustaba al presupuestó de quienes no teniendo para el Ritz u otro de los lujosos hoteles para los cuales no ajustábamos en esa época teníamos las pensiones, pagando en veces la comida con malestares estomacales cuando nos cobró alguna vez la economía en salud. Corrieron los tiempos y dos años despeas volví justo al Ritz como protagonista de una serie de fotografías para un Sistema Educativo en México me seleccionó y llevó a todas las zonas arqueológicas del país y a Acapulco protagonizando una serie de fotografías que era un thriller, romántico cultural.
Ya en los 70 entrados, volví con compañeros d ela prepa, amigos y las novias. En los ochentas con mis hijas y mi esposa, después ya como dice el corrido “ nos juímos para Chihuahua” y solo excepcionalmente he vuelto a un Congreso o reunión ambiental que me ha llevado ahí.
Acapulco es, en el real imaginario y la memoria de nuestra generación, desde la última casa del mítico primer y más famoso Tarzan Johnny Weissmuller, hasta el espacio en donde TinTan nos deleitó con su Tintanso[U1] n Crusoe, o Chanoc,. Hasta ve r ahí mismo a El Rey Lopitos no mostró en las zonas de cañada aledañas al puerto como aprender a ser empáticos con los otros, para crear el NOSOTROS. Acapulco ha sido el gozo de la noche de discoteca que se disfrutaban ya sea en el Tequila a Go Go o el Baby Q.
Y el salto que pasa al advertir en el puerto tambien al fraude y trueque entre el salinismo que pide al PAN quemar las boletas de la elección fraudulenta del 88 y Diego Fernández, cuestionado por la posesión a cambio de terrenos en Punta Diamante.
Acapulco dio y da para todo, guardo entre mis preciados recuerdos del lugar, recorrer sus playas, valorar a mi país y deseo que verle superar esta adversada que a una año de padecida se ha reeditado en la duplicidad de llegada del Huracán John que golpea y replica en Acapulco, como un reteñir de una campana ambiéntal que toca al puerto en la Bahía con el teñir de la tragedia.
COROLARIO
Desde la creación del asentamiento Acapolco por los indios Tlahuica hace 2000 años se sabe que el lugar es de lo que hoy llamamos riesgo ambiental, pero múltiples rostros de los acapulqueños, guerrerense y mexicanos han vivido de todas las épocas, y viven ahora, dan testimonio de voluntad de ante estos embates, doblarse, PERO NO QUEBRARSE ANTE LA FUERZA DE LA NATURALEZA, LARGA VIDA A ACAPULCO.