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Partidos de oposición disminuidos y en crisis, Sheinbaum tendrá vía libre.

Expansión Política

Lidia Arista

Claudia Sheinbaum encontrará un país con una oposición desdibujada y enfocada en resolver crisis internas; expertos alertan un escenario en el que el próximo gobierno no tendrá necesidad de negociar.

Claudia Sheinbaum se perfila a gobernar casi sin contrapesos y sin oposición. El 1 de octubre cuando tome posesión como la primera mujer en gobernar México, encontrará un país donde la oposición está desdibujada, PRI y PAN inmersos en crisis internas, 75% de estados son gobernados por Morena y un Poder Legislativo con mayoría calificada o absoluta, lo que le permitirá la aprobación de casi cualquier iniciativa de reforma.

El panorama para Sheinbaum solo es similar al de sexenios del siglo pasado, cuando gobernaba el PRI, pero hasta antes de Ernesto Zedillo (1994-2000), pues fue en 1997 cuando por primera vez se perdió la mayoría absoluta y se dio paso a un gobierno dividido, lo que obligó al presidente y a su partido a negociar con la oposición.

A partir del 1 de octubre del 2024, Sheinbaum no tendrá que negociar con la oposición; a su llegada a la Presidencia no encuentra el mismo escenario que enfrentaron Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto ni Andrés Manuel López Obrador.

Sus antecesores, de una y otra forma, tuvieron oposición y contrapesos ya fuera en el Poder Legislativo o con los mandatarios estatales agrupados en la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) o en la Alianza Federalista.

Mario Ramírez Chávez, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, considera que debido a que no habrá oposición y contrapesos, el de Sheinbaum es un gobierno que prácticamente tiene todo puesto para dar resultados.

“El nuevo gobierno que está por entrar no va a tener oposición. Tienen una mayoría aplastante no solo en el Congreso, también en los congresos locales y gubernaturas. No van a tener ninguna excusa para decir que no se hacen las cosas, prácticamente lo que decidan aprobar va a pasar en automático. Hoy también está la embestida hacia el Poder Judicial”, plantea.

El escenario para el gobierno de Sheinbaum no solo se debe a los triunfos que logró Morena en las elecciones de 2024, también al “tsunami López Obrador” que hace seis años dejó damnificada a la oposición.

El 2018 no solo trajo la tercera alternancia para México, sino fue el inicio de una de las crisis más agudas para el Revolucionario Institucional, Acción Nacional y el de la Revolución Democrática, tanto que éste último ya perdió el registro político.

“Después de los resultados electorales que vimos en la elección federal, la oposición está muy débil”, afirma Luz María Cruz Parcero, doctora en Ciencia Política y catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Desde hace seis años, PRI y PAN fueron perdiendo fuerza. En 2018 esos dos partidos gobernaban 23 entidades (71%) del país, sin embargo, Morena poco a poco fue ganando terreno. Cuando los gobernadores electos asuman el cargo este año, Morena tendrá bajo sus siglas 24 entidades y solo ocho estarán en manos de la oposición.