
“Mujer: “Prefiero ir a la playa antes que a la montaña.
Hombre: “¿Por qué odias la montaña?”
Jodorowsky
El “hombre de paja” en política es una falacia lógica donde un oponente distorsiona, exagera o simplifica radicalmente una propuesta para hacerla parecer absurda y así refutarla más fácilmente, desviando el debate del argumento original y restando credibilidad a la postura contraria, erosionando la discusión
constructiva a favor de la manipulación retórica.
Este engaño busca desacreditar al rival, ridiculizar sus ideas y polarizar a la audiencia, creando un “enemigo” fácil de vencer en lugar de un adversario con ideas reales.
Una falacia del hombre de paja es una forma de falacia o error de razonamiento.
Las falacias son afirmaciones o argumentos que, aunque pueden parecer razonables o ciertos, en realidad son defectuosos y, por lo tanto, pueden ser engañosos.
Los políticos hombres de paja recurren cuando alguien distorsiona el argumento de su oponente simplificándolo o exagerándolo, por ejemplo, y luego refuta esta “nueva” versión del argumento, llamada argumento del hombre de paja.
En Méxicoesta forma de hacer política ocurre en todas las discusiones en cualquier parte, principalmente en el Congreso de la Unión, en donde los legisladores discuten, pero no centran sus discusiones sin sentido que no solo en el partido oficial, la oposición hace lo mismo, finalmente quienes estamos atentos a estas discusiones nos quedamos como quedaron los efectos de los debates.
Claro ejemplo fue la aprobación de la Ley de Aguas Nacionales, en donde incluso los campesinos
después de tomas de carretas, protestas en los estados, cierre de cruces a Estados Unidos una vez aprobada la ley, ahora resulta que se fueron muy contentes.
Les aplicaron la distorsión del hombre de paja. Es decir, protestaron sin conocer las reformas.
La presidente en las mañaneras del pueblo en esencia, utiliza el argumento del hombre de paja argumentando en contra de la posición original de su oponente, mientras que en realidad ha creado una versión distorsionada de esa posición, una que su oponente no necesariamente apoya y que es fácil de reprender.
Es decir, se las aplica principalmente a los periodistas a los cuales desarma para evadir y concretar argumentos que tengan un sentido para los ciudadanos.
La falacia del hombre de paja es una falacia lógica informal. En otras palabras, el problema reside en el contenido del argumento, más que en su estructura (en cuyo caso se trataría de una falacia formal).
Más específicamente, es una falacia de relevancia: estas falacias utilizan evidencia, ejemplos o afirmaciones
irrelevantes para el argumento en cuestión.
Las personas suelen usar argumentos falaces para desacreditar una postura o teoría que no comparten. Por ejemplo, describir la teoría de la evolución como “totalmente aleatoria” es un argumento falaz porque diluye una idea compleja y la tergiversa al centrarse únicamente en un aspecto: las mutaciones aleatorias.
Un claro ejemplo de lo antes vertido lo son los legisladores Adán Augusto y Ricardo Monreal de Morena, que con su argumentación desarman a la oposición, son lo decirles fascistas, conservadores, neoliberales y que lo que se les ocurra para finalmente cerrar la falacia con la expresión de que el “pueblo les pertenece”.
A veces, la gente recurre a la falacia del hombre de paja para convertir el argumento del oponente en una postura impopular, contra la cual es fácil conseguir apoyo porque viola las normas sociales. Afirmar, por ejemplo, que “quienes quieren legalizar las drogas no tienen ningún problema con que los menores consuman éxtasis y LSD” es una proposición indiscutible.
Esto pueda un ejemplo extremo, pero ejemplo que se dar en la mayoría de las discusiones entre el partido oficial y la supuesta oposición.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que cuando los políticos cometen la falacia del hombre de paja, no necesariamente lo hacen a propósito.
Podría deberse a una verdadera incomprensión del argumento de la otra persona ya sea
político o ciudadano.
La falacia del hombre de paja puede adoptar diferentes formas y puede implicar: Sacar las palabras de un oponente de contexto (es decir, elegir palabras que tergiversan su intención) Exagerar o simplificar demasiado el argumento de un oponente y luego atacar esta versión distorsionada.
Fabricar afirmaciones que el oponente en realidad nunca hizo Cambiar detalles pequeños pero importantes en el argumento original del oponente Independientemente de su forma, las falacias del hombre de paja comparten esta estructura general:
La persona A establece la posición X.
La persona B describe la posición Y, una versión distorsionada de la posición X.
La persona B argumenta contra Y en lugar de X, afirmando que la posición original
X ha sido refutada.
Considero importante que entendamos la consecuencia de caer en la falacia de lo hombres de paja por lo que aporto algunos ejemplos de defensa, que puedan ser utilizados, que puedan se puedan servir desde mi punto de vista.
Lo primero es escuchar atentamente a la refutación, sobre todo al parafraseo o resumen que hace el otro de nuestro punto. Así podemos identificar si nos están atacando con un hombre de paja.
Paso seguido debes señalar que tu oponente te está tergiversando: puedes llamarlo por su nombre, un argumento de hombre de paja. Luego repites tu posición tal cual la has formulado, en el lenguaje más claro posible.
Cuanto más claro seas, más difícil será para tu oponente distorsionar tus obras o sacarlas de
contexto.
Como son diferentes, el interlocutor tendrá que admitir que su argumento no es válido o intentar justificarlo utilizando un razonamiento menos correcto y más fácil de contraatacar.
Ojo con lo siguiente: No tengas miedo de repetirte. Reafirmar los términos de un argumento y pedirle a su oponente que los reconozca es la manera de acabar con los hombres de paja.
Si lo que buscamos en un debate o discusión es un intercambio honesto de pareceres e ideas que lleven a algún lugar, entonces es imperativo destruir los hombres de paja, porque no añaden nada a un debate razonado y constructivo.
A veces se usa un hombre de paja, como una forma deshonesta de discutir, pero a veces puede ser sólo un malentendido. Debes valorar cuál es el caso para actuar en consecuencia y fijar el tono y contundencia de tu respuesta.
Este trazado tiene a intención de aportar ideas que claramente que los políticos nos engañan con sus argumentos que al final los creemos cuando no aportan nada a la sociedad, solo discursos baratos.
Salud y larga vida.
Profesor por Oposición de la Facultad de Derecho de la UACH.
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