
El secretario de Seguridad Pública del Estado, Gilberto Loya, informó que prácticamente el 100 por ciento de las armas decomisadas en los operativos de la entidad han ingresado por Estados Unidos.
Esta declaración no es solo un dato, sino una evidencia clara de los flujos ilícitos de armamento que atraviesan la frontera norte del país. En un contexto donde el crimen organizado sigue evolucionando con nuevas tecnologías, la intervención de Estados Unidos en este fenómeno resulta clave.
Loya detalló que, aunque no todas las armas son de fabricación estadounidense, lo que está claro es que la mayoría —prácticamente el total— son adquiridas en el país vecino y terminan cruzando la frontera hacia México, alimentando las filas de los grupos criminales.
Este panorama es preocupante, pues si bien la cooperación binacional es clave para combatir el tráfico de armas, las estadísticas parecen mostrar un desequilibrio que sigue favoreciendo a los delincuentes.
En lo que va del año, la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE) ha logrado asegurar alrededor de novecientas armas de fuego, tanto cortas como largas, así como otros elementos de alto impacto, como chalecos tácticos, cartuchos y equipamiento. Sin embargo, el decomiso no se detiene en simples piezas de armamento.
En el municipio de Cuauhtémoc, por ejemplo, se aseguraron cuatro fusiles, una pistola, 14 cargadores, 335 cartuchos útiles de diversos calibres y un vehículo Nissan Sentra 2013, este último vinculado a varios delitos.