Opinión

Divina adolescencia y juventud.

Por: Manuel Narváez Narváez

Email: narvaez.manuel.narvaez.narvaez@gmail.com

Mi primera incursión en la Feria del libro (Felich) me resultó tan grata, que me dejó un excelente sabor de boca.

Confieso que es la primera vez en mi vida que acudo a un evento de esta naturaleza -me reprocho no haberlo hecho antes-, y la verdad aprendí mucho, pero sobre todo me entusiasmó que muchos, muchísimos de los visitantes eran adolescentes y jóvenes.

Acudí a invitación de Ediciones Arboreto, la editorial que me acompañó en la revisión, edición y publicación de mis dos primeras noveletas: “El doble juego de la chica roja” y “Olvido para los inocentes”.

Fui al Centro de Convenciones de Chihuahua el sábado antes del mediodía para promover y autografiar mis obras primas. Debo reconocer que me sentía raro porque no había experimentado algo parecido a eso.

En lo que una autora atendía a compradores y lectores, recorrí los pasillos en los que se instalaron editoriales independientes, estantes gubernamentales y educativos para ofrecer miles de obras entre clásicas y nuevas.

La concurrencia era generosa, repartida entre los compradores y quienes participaban en talleres y conferencias. Lo mismo había público adulto, que niños y niñas.

La energía en el lugar era magnífica. Por un buen rato presté atención a un conferencista invitado, con una amplia trayectoria como escritor y poeta, y también a una expositora de origen rarámuri explicando magistralmente diversos juegos que practican en su cultura. Fue muy divertido y entretenido, con asistencia mixta.

Cuando me tocó el turno de atender a compradores y lectores, con la asesoría de una extraordinaria joven de apenas 21 años de edad, estudiante de la carrera de Psicología y ferviente lectora, experimenté la bella sensación de ser partícipe del mundo de los libros y la lectura.

En un algún momento de la jornada menguó la actividad. Unos aprovecharon para ingerir alimentos, otros para tomarse un respiro, entretanto Tania y un servidor conversamos de mis noveletas y de lo que ella realiza.

Me llenó de gozo escuchar su voz y el entusiasmo con el que me contó lo que le gusta y apasiona.

Tania combina sus estudios en psicología con un trabajo de tiempo completo, al igual que dedica tiempo participando con un grupo de jóvenes católicos dedicados a la lectura, no sólo de libros de texto y de cultura en general, sino también de las sagradas escrituras.

Honestamente sentí mucho gusto escuchar con que alegría me describía lo que hace con su tiempo. Esa joven independiente, porque trabaja para pagar sus estudios y la renta de donde vive, realiza junto con otros jóvenes actividades para llevar a cabo retiros gratuitos donde alimentan su Fe, sí, como el espíritu y el alma con acciones para ser mejores personas.

El relevo llegó poco antes de las 4 pm. David, otro joven entusiasta y estudiante de Pedagogía que, al terminar la licenciatura, quiere continuar con una especialidad en Antropología, me dijo:

Como Tania, David tiene sueños y los pies bien puestos en la tierra. Él, a sus 22 años, ya cuenta con experiencia en maquetación, lo que hace más atractivas las obras y su lectura. Igualmente, ya ha creado varios fanzines, los cuales confirman su talento, destreza y amor por los libros y la lectura.

Estos dos jóvenes, al igual que Pepe y Saúl que me apoyaron en la publicación, presentación y promoción de mis obras, representan la promesa vigente y en movimiento para que, no sólo la cultura y el hábito de la lectura se renueve y se mantenga viva, sino también de que algo bueno se está haciendo para confiar el futuro a los adolescentes y jóvenes de hoy.

La verdad fue una experiencia muy hermosa haber acudido a mi primer Felich, como autor, pero más feliz me siento por ver que la mayoría de los que fueron y participaron a ésta y en esta Feria de libro, sus edades oscilan entre los 12 y los 25 años de edad. Amo que los adolescentes y jóvenes tengan entusiasmo y motivos para prepararse, para ser mejores personas y para salir adelante.

Lo que atestigüé me dice que hay esperanza para que el futuro continúe perteneciendo a los buenos y a los que quieren vivir en paz y en armonía, a los que se preocupan por estudiar, a los que se esfuerzan y crecen con la lectura.

Así sea.

Es cuanto.