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La sombra del fraude electoral se asoma en la lucha por la Presidencia.

Expansión Política

Lidia Arista

Las candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez han alertado que el 2 de junio puede concretarse un fraude. Expertos sostienen que el sistema tiene candados, pero sí pueden darse irregularidades.

Además de la ola de violencia contra políticos y candidatos, las elecciones de 2024 para elegir al próximo presidente de la República se perfilan a concluir con la sombra de un posible fraude en la jornada del 2 de junio.

La advertencia no solo ha surgido desde la oposición, también en voz del partido en el gobierno.

Primero fue Xóchitl Gálvez quien advirtió que Morena podría recurrir a prácticas antidemocráticas o a una elección de Estado para evitar el triunfo de la oposición.

“Quieren regresar al viejo estilo de las urnas zapato, de aprovechar la pobreza, la dispersión, para que ellos operen las votaciones. Ahora sí que embarazar urnas, le apuestan a que no tengamos representantes o a comprar a nuestros representantes”, dijo en marzo pasado.

Hace unos días convocó a sus simpatizantes a no confiarse: “Vamos a ganar, pero necesitamos ponernos bien abusados, no podemos confiarnos. Todos ustedes van a llevar hasta a las piedras a votar”.

En las últimas semanas, Claudia Sheinbaum también ha alertado que la oposición no se quedará de “brazos cruzados” y reveló que en algunos territorios se ha optado por “comprar votos”. Al finalizar su intervención del tercer debate presidencial pidió votar masivamente para que no haya fraude.

“Y este 2 de junio los invito a que votemos masivamente, ya los conocen, ya saben que son especialistas en fraudes electorales, lo que tenemos que hacer es demostrar una diferencia enorme entre el primero y el segundo lugar. Y eso sólo lo podemos hacer con el voto masivo“, dijo en el Centro Cultural Universario Tlatelolco.

Y ha ido más allá. De acuerdo con la candidata de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, en algunas entidades del país están quitándole hasta por un mes la credencial a los mexicanos a cambio de 8,000 pesos, ello para evitar que salgan a votar por Morena.

Morena incluso activó la plataforma “Defiendelatransformación.mx” para que la ciudadanía pueda denunciar de manera anónima intentos de fraude, amenazas, chantajes, y extorsión.

“Puedes denunciar a través del sitio web, enviando un correo, escaneando el QR, o mandando un WhatsApp al 5540667362, ¿qué le pedimos a la gente? Que mande videos, audios, fotos, correos de las conductas irregulares, porque sabemos que van a salir a comprar votos”, dijo Mario Delgado.

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Mario Delgado presentó el sitio “Defiende la transformación”. (Foto: Morena.)

En país marcado por episodios como el de 1988 con “la caída del sistema” y el cerrado triunfo de Felipe Calderón en 2006 y prácticas como el “ratón loco”, “el embarazo de urnas” y “operación tamal”, el fraude forma parte del imaginario colectivo. A ello se suma, que por décadas, durante los gobiernos del Revolucionario Institucional, las elecciones eran un “mero trámite”.

Carla Elena Solis, docente de Derecho Electoralde la Universidad Intercontinental, añade que hasta que surgió el Instituto Federal Electoral (IFE, hoy INE), las elecciones en México fueron gozando credibilidad.

“Esta sombra de fraude electoral tiene que ver con toda la carga histórica que tenemos en la ciudadanía porque durante muchos años estuvimos gobernados por un partido hegemónico y hablábamos del dedazo presidencial. No fue hasta que se constituyó el primer IFE que empezamos a creer en las votaciones. Esta sombra del fraude electoral tiene que ver con la mala práctica de aquellas políticas y políticos que no les gusta aceptar el resultado de las elecciones”, explica.

Pero hablar de un fraude, también tiene como propósito activar a que las bases se movilicen para que haya un voto masivo o justificar por adelantado una derrota.

Llamar la sombra del pasado fraude electoral se debe a la necesidad que sienten de decir ‘no gane porque me hicieron trampa’”.

Alejandro Díaz Domínguez, profesor-investigador del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey (ITESM)

La promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido que en el proceso electoral en el que se elegirá a su sucesor, no habrá fraude.

“Tengan la seguridad de que no es como antes, de que no va a haber apagones para cambiar las urnas, no va a haber apagones para falsificar las actas, no va a haber ratón loco, ni relleno de urnas o urnas embarazadas; o se les va a entregar como lo hacían, ‘te entrego esta tarjeta, esta boleta –allá en el sureste– ya está marcada, te van a dar una, la que te van a dar me la vas a traer y vas a meter esta, y ya cuando me traigas la boleta que te dieron, entonces te voy a recompensar”, afirmó el pasado 15 de mayo en su conferencia matutina.

¿Hay posibilidad de un fraude?

De acuerdo con los expertos consultados, hablar de “fraude” no es lo mismo que de irregularidades en el proceso electoral.

“Para hablar de fraude electoral tiene que existir una intención sistemática de manipular el resultado de la votación, pero no solamente por parte de las ciudadanas o los ciudadanos a través de delitos electorales, sino también tiene que haber, por parte del Estado, una intención de que se llegue a un resultado distinto a lo que realmente decidió la ciudadanía”, explica Carla Elena Solis.

En las últimas semanas políticos han alertado de prácticas irregulares para comprar el voto o para evitar que se vote por alguna de las opciones: mencionan pagos de hasta 8,000 pesos a cambio de entregar la credencial de elector durante un mes, o entregarles una “tarjeta rosa” con hasta 12,000 pesos así como la advertencia de que si se vota por cierto partido, se perderán programas sociales.

Alejandro Diaz, del Tecnológico de Monterrey, recuerda que si se logra comprobar que en una elección se presentaron irregularidades en el 20% de las casillas, hay posibilidades de que se anule.

“La ley establece que si una proporción de 20% de las casillas de una elección son afectadas por irregularidades, es decir, a un quinto del total de las casillas, entonces se puede discutir, que esa elección podría ser anulada”, explica.

La consejera del Instituto Nacional Electoral (INE), Dania Ravel, ha asegurado que hace años se realizaban fraudes y había elecciones de Estado, sin embargo, hoy se cuentan con candados para que eso ocurre.

“Por supuesto, cuando ponemos más candados para estar cuidando y dar garantías a la ciudadanía, eso implica un mayor costo; sin embargo, hay que voltear a ver la historia que tenemos que ha hecho que tengamos el sistema electoral con las reglas que hoy son vigentes”, destacó.

Además, integrantes del Comité Técnico Asesor del Programa de Resultados Electorales Preliminares (Cotaprep), han asegurado que los procesos que se siguen en el Programa de Resultados Electorales Preliminares son verificados para evitar cualquier tipo de “manipulación”.

Alejandro Díaz explica que no es tan sencillo recurrir a un fraude, pues el sistema electoral mexicano tiene varios candados para evitar que los resultados sean manipulados.

“El sistema electoral es uno de los más caros de la región latinoamericana. Hay que recordar todas las seguridades que se tienen, desde la mejora de las boletas, desde el sorteo para que la ciudadanía esté en las casillas, un doble sorteo, no solamente la letra del apellido, sino el mes en el que se nació, no cualquiera puede ser funcionario de casillas, tiene que ser sorteado. Hay una serie de candados”, sostiene.

Lo que sí, es que sin duda el día de la elección, los partidos políticos se pelean voto por voto, pues en estados donde la competencia está cerrada, esos sufragios pueden hacer la diferencia.

Siempre se va a intentar pelear por el último voto tanto para hacerlo válido como para anularlo, eso es algo real que forma parte de de este sistema democrático”

Carla Elena Solis, profesora de la UIC.

Una preocupación, que alertan los expertos, es que el Tribunal Electoral del Poder Judicial (TEPJF), encargado de resolver impugnaciones y declarar la validez de la elección está incompleto. Por primera vez en la historia, México llega a una elección sin que esté completa la autoridad encargada de la calificación de la elección, y una situación simular pasa en otros estados.

Además, los expertos dicen que hasta cierto punto, la instancia donde cualquier irregularidad denunciada o conflicto postelectoral deberá resolverse, llega debilitada por los ataques del propio presidente Andrés Manuel López Obrador.

“La salas superior, las salas regionales y las salas especializadas viven un momento difícil porque también no tienen los magistradas o magistrados nombrados por el Senado, están incompletos”, agrega Díaz.

La legislación establece que la calificación de la elección debe ser avalada por seis magistrados, sin embargo, hay cinco, porque el Senado de la República no realizó el nombramiento. Para subsanar esta situación, el TEPJF ha advertido que recurrida a lo que establece la ley: llamar aun magistrado o magistrada de Sala Regional, el que tenga mayor antigüedad, o en su caso, mayor edad.