Opinión

Los de a pie, como nos defendemos de los políticos.

Por: Francisco Flores Legarda

2024 es un año decisivo. Nuestra democracia está amenazada por una clase política que piensa que el poder es parte de su patrimonio. Este es el año en el que los ciudadanos les ponemos un alto y les enseñamos a trabajar para nosotros, para los ciudadanos. Este es el año en que nosotros ponemos la agenda pública, nosotros hacemos que la lleven a cabo, nosotros vigilamos que no se desvíen hacia sus propios intereses, nosotros pedimos cuentas y nosotros obligamos a que se hagan responsables. Este es el año. Es el año de nosotros, los ciudadanos. Ya no hay otro. Pero “¿cómo hacemos eso los ciudadanos de a pie?” Me preguntan a cada rato personas que me leen y me siguen.

Ni que decir tiene que la protección de los derechos humanos y de los acuerdos alcanzados en última instancia depende de la evolución de la situación y mecanismos a nivel nacional. Las leyes, las políticas, los procedimientos y mecanismos en el plano nacional son fundamentales para el disfrute de los mismos en cada país. Por lo tanto, es esencial que los derechos humanos sean parte de los sistemas constitucionales y legales nacionales, que los profesionales de la justicia estén capacitados acerca de cómo aplicar sus normas y que las violaciones que se hagan sobre ellos sean condenadas y sancionadas. Las normas nacionales tienen un impacto más directo y los procedimientos nacionales son más accesibles que los que se encuentran en los niveles regional e internacional. Eleanor Roosevelt observó:

¿Después de todo, dónde empiezan los derechos humanos universales? En lugares pequeños, cerca de casa, tan cerca y tan pequeños que no se pueden ver en ningún mapa del mundo. Sin embargo, son el mundo de la persona individual: el barrio donde vive; la escuela o facultad a la que asiste; la fábrica, la granja o la oficina donde trabaja. Estos son los lugares donde cada hombre, mujer y niño busca la igualdad ante la justicia, la igualdad de oportunidades, la igualdad de dignidad y sin discriminación. A menos que esos derechos tengan sentido allí, tienen poco sentido en cualquier otra parte.

El deber del Estado de respetar, promover, proteger y garantizar los derechos primarios es primordial y por tanto los tribunales filiales regionales o internacionales entran en juego cuando el estado viola continuadamente o deliberadamente esos derechos. Todos conocemos ejemplos de cómo recurrir a los mecanismos regionales e internacionales se ha convertido en necesario para el reconocimiento de las violaciones que se producen a nivel nacional. La preocupación regional e internacional o la asistencia puede ser el desencadenante para garantizar los derechos a nivel nacional, pero sólo se lleva a cabo cuando las vías internas se han utilizado y agotado. Por esta razón queremos dedicar el resto de esta sección exactamente a este escenario. ¿Qué recurso hay a la hora de asegurar una adecuada protección para el disfrute de los derechos humanos cuando los sistemas nacionales han fracasado?

En México los ciudadanos de pie no somos escuchados, nos regalan calmonias, pafletos, musica en los cruceros, pulseras, banderas ondeando, risas hipocritas. No hay propuesta. Debastes; ¿Para qué?. No sirven, en nuestro país no sirven para nada. Luego las encuestas, “gane, 20 a 1”. Esto que sentido tiene. Los que se dicen polítios en sus casas de campaña, ponen sus grandes pantallas, vestidos con sus trajes de superheroes, rien, apluden, se mofan de sus contrarios. Luego, nada pasa.

Será mucho pedir al Estado lo siguiente:

Derecho a la igualdad

Protección contra la discriminación

La no discriminación

Derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad personal

Protección contra la esclavitud

Derecho al reconocimiento como persona ante la ley

Derecho a la igualdad ante la ley

Derecho a audiencia pública

Protección contra la interferencia en la vida privada, familiar, del hogar y en la correspondencia

Libertad de opinión y de información

Derecho de reunión y de asociación pacífica

Derecho a participar en el gobierno y en elecciones libres

Derecho a la seguridad social

Derecho a la educación

Derecho a participar en la vida cultural de la comunidad

Para los representantes de los poderes de Unión, ya no nos representan. Casí estamos solos. Estamos esperando ayuda. Esta no va ha llegar sola. No basta esperar el auxilio de los políticos empoderados, ni del partido oficial MORENA, ni del llamado Frente Opositor. Luego se habla de los contrapesos en el poder. Eso ya es del siglo pasado, se requiere una defensa clara de los ciudadanos. El voto ya no es todo. Debemos entender que la democracia no es solo meter un papelito en una urna. Despues sigue todo igual. Pero el dueño o dueños del poder gritan: “Ganamos”. El pueblo no gana nada.

Los hombres de Estado son olvidados, sus ideas sigue firmes en su texto “La República;  Platón nos dice;  “….falta de educar a las nuevas generaciones, de modo que de padres casi perfectos nacieran cada vez mejores en la prácitica de cuatro virtudes básicas: la prudencia, el valor la templaza y la justicia”. Los gobernantes de México no ofrencen nada de lo mencionado por Platón.

Rousseau nos dice en libro “El contrato social”. “De esta declaraciones  resulta, en confirmación del capítulo XVI que el acto que instituye el gobierno no es contrato, sino una ley que los depositarios del poder ejecutivo no son los dueños del pueblo, sino sus servidores, que puede nombrarlos o destruirles cuando le plazca, que no es cuestión para ello de contratar, sino de obeder, y que, encargándose de las funciones qu el Estado les impone, no hacen sino cumplir con su deber de ciudadanos, sin tener en modo alguno el derecho de discutir sobre sus condiciones”

Continua; “Un Estado gobernado de este modo necesita muy pocas leyes, y a medida que se hace preciso promulgar algunas, esta necesidad se siente universalmente. El primero que las propone no hace sino decir lo que todos han sentido, y no es cuestión, pues, ni de intrigas ni de elocuencia para dar cacater de ley a lo que cada cual ha resuelto hacer, tan pronto como éste seguro de que los demás lo harán como él.”

En México no ocurre las leyes son de los poderosos, las aplican según consideran a su placer.

Tenemos una historia de lucha, desde la independencia a la fecha. Que sentido tiene colgar retratos de Benito Juarez, Madero, Carranza y demás, para decir somos los mejores, volteen a vernos, somos “inplacables”.

Salud y larga vida.

Profesor por Oposición de la Facultad de Derecho de la UACH.

X @profesor_F