Por: Francisco Flores Legarda
“La vulgaridad ganó y la democracia está en ruinas.
¿Por qué? Porque la mayoría hemos elegido monstruos, para luego quejarnos.
Jodorowsky
Cuando estudiante en la Faculta de Derecho, una de las materias más importante era y lo es el Derecho Constitucional. Es una asignatura apasionante, al conocer como se había forjado nuestro país bajo el amparo de la Constitución. Sangre, guerras, pasión y más, al margen de la ideología política a la que se perteneciera, liberales y conservadores, no había tibios, cada bando defendía su verdad, la cual no era absoluta.
Los gobiernos de manera constante después de la independencia, se inicia con el marco jurídico de la Constitución del 1824. Nacen los primeros derechos fundamentales de México. En el Constituyente participaron curas, liberales, conservadores, españoles, mulatos, criollos e indígenas en menor número. Fue el inicio de un país que encontró una vida propia al margen de las diferencias, desde luego también hubo guerras, enfrentamientos por el famoso poder, que carcome el alma de los mortales.
En esto momentos vemos en las luchas intestinas de los “poderes del estado mexicano, con minúsculas”, están destruyendo no solo las instituciones, también el orden Constitucional. “presidente de la república, congreso de la unión, gobernadores de los estados y congresos locales, todos con minúsculas”. El PUEBLO, con mayúsculas nos tragamos las limosnas de estas guerras por el poder.
Esa función encubridora de la realidad que tiene la apariencia fetichista y que rodea todos los fenómenos del actuar de los “poderes del estado, con minusculas”, llega empero más allá de la BURLA hacia el PUEBLO, no se limita a ocultar el carácter histórico, transitorio pasajero de los gobernates de cualquier partido político, o con influencia de poder. Esta ocultación es posible sólo porque todas las formas de objetividad en las que necesariamente se presenta de modo inmediato el mundo circundante al hombre gobernado por “el estado mexicano, con minusculas”, ante todo las categorías económicas, ocultan también su esencia en cuanto formas de objetividad, categorías de las relaciones entre los hombres, y aparecen en cambio como cosas y relaciones entre cosas. Por eso el método dialéctico, al mismo tiempo que desgarra el velo de eternidad de las categorías, tiene que disolver también su solidez, con objeto de despejar el camino al conocimiento de la realidad, es decir estamos ante una destrucción del “estado mexicano, con minusculas”.
Basta comentar algunos hechos que se han presentado en conflictos de poder y jurídicos entre “el presidente de la república, ministros de la suprema corte de justicia de la nación, senadores y diputados, insisto con minusculas”.
La “ministra presidenta de la corte norma piña, con miniscula”, entrega al presidente de la republica, “con minuscula”, los famosos fideicomisos para la reconstrucción de Acapulco, aclarando que se debe de establecer los mecaniscos jurídicos para su aplicación, desde luego dice, respetando los derechos de los trabajadores del “poder judicial federal, con minusculas”. La ministra patea la bola y no informa que existe un juicio de amparo en el cual un juez de distrito por cierto del estado de Chihuahua, en el cual se concedio la suspensión provisional para que no se entregen estos dineros al ejecutivo, en tanto se resuelva el amparo. Es decir la ministra de la corte le dio al presidente y al congreso de la unión el dulce envenado, el cual sin darse cuenta lo estan disfrutando, no solo el partido oficial, tambien la oposición. Insisto, “todo esto con minisculas”.
Por su parte el todavia ministro arturo saldivar presento su renuncia a su cargo que desempeña en la Corte, esto porque el senado de la república hasta el momento no se ha pronunciando sobre la separación de su cargo. No espero más que una horas para informar que se sumaba a la campaña de la canditada de MORENA, lo cual en si no creo sea malo o bueno, esta en todo su derecho de hacer valer. Pero se le olvida como decía Reyes Herolos; “La forma es fondo”, es decir violo la Constitución que juro respetar, lo cual es evidente, cuando menos para el suscribiente. “Lo insisto de nuevo todo con minusculas”.
Los mexicanos como seres humanos nos han convertido en objetos, cuya subjetividad ha sido moldeada por procesos sociales que el estado ya no controla y de los cuales somos víctimas. La reificación atraviesa hasta el último pliegue íntimo de la subjetividad, de estas mónadas sin ventanas.
Nuestro estadistas, “vuelvo con minisculas”, carecen de acción, novedad, originalidad o importancial, es decir, ellos son el estado como en las épocas de los emperadores. Es decir son vulgares.
EL PUEBLO, puede ser malo o buenos o malo, pero tenemos el derecho ha ser tratados cuando menos como personas de carne y hueso, en apego a la Constutición.
He señado en multiples ocasiones, “con minusculas”. Me refiero a que los poderes de la unión han destrozado la Constitución, formada por fundamentos juridicos, sociales y revolucionarios. Lo repito “con minisculas”. Hasta aquí llego, no doy para más.
Termino: A mi señor padre no le gusto este trazado. Espero que tampoco a los gobernantes.
Salud y larga vida
Profesor por Oposición de la Facultad de Derecho de la UACH. “Con minusculas”.
@profesor_F