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Carlos Nava, Escritor ESPN Digital
Los Eagles vencieron a los Cowboys en un duelo cerrado hasta el último segundo y así demostraron que saben ganar juegos importantes pese a las adversidades.
Más allá del estatus en los standings y de que llegamos al punto medio de la temporada regular de la NFL, los Philadelphia Eagles volvieron a confirmar que saben ganar partidos importantes.
Cuando varios anticipaban que los Dallas Cowboys estaban en condiciones de dar un golpe de autoridad ante su acérrimo rival, fueron los Eagles los que reiteraron que son el mejor equipo de la NFC y tal vez de toda la NFL.
Los Eagles vencieron 28-23 a los Cowboys tras sobrevivir a los dos últimos embates de Dallas para irse a su semana de descanso como el único equipo en la NFL con sólo una derrota en 2023.
“Hay partidos en los que hay que encontrar la manera de ganar”, destacó Nick Siriani, coach de los Eagles. “Estoy orgulloso de los muchachos, porque jamás frenaron y batallaron hasta el final”.
Los Eagles fueron mejores a la ofensiva y a la defensiva, a pesar de que casi todas las estadísticas trascendentes digan lo contrario. Pudieron montar ataques sostenidos cuando empezaba el juego y en el tercer cuarto para despegarse de Dallas en el marcador, a pesar de que fue evidente que su quarterback, Jalen Hurts, tiene una dolencia en la rodilla, por lo que nunca tuvo la habilidad para comprar tiempo en la bolsa o la explosividad correr como es su costumbre.
A Hurts le alcanzó para completar el 74 por ciento de sus pases (17 de 23) y tener un índice de efectividad de 130.2 puntos.
A su vez, el ataque terrestre de Philadelphia superó las 100 yardas y cuando más lo necesitaron, los Cowboys no pudieron frenar a los Eagles.
“En realidad, no sé ni qué decir. Fue un partido muy duro, fue una victoria muy difícil, pero tratamos de hacer todo lo que podemos por nuestra ciudad, por nuestro equipo. Se necesite lo que se necesite”, afirmó Hurts.
La defensiva de los Eagles tuvo que fajarse con la mejor versión del quarterback de los Cowboys, Dak Prescott, pero también supo hacer las jugadas en momentos clave; limitó a Dallas a 73 yardas por tierra e hizo desaparecer del campo a los receptores de Dallas que no se llamaran CeeDee Lamb.
Previo a este duelo, se suponía que la mejor defensiva contra el pase y la mejor para presionar al quarterback rival en el Lincoln Financial Field sería la de Cowboys, pero no fue así. Los Eagles capturaron cinco veces a Prescott, incluida una captura y media de Brandon Graham, lo que fue trascendental en los últimos tres minutos de juego, taclearon al ala cerrada de los Cowboys, Luke Shoonmaker, a centímetros de anotar el touchdown que pudo haberle dado la victoria a Dallas e igual, en un intento de conversión de dos puntos que pudo poner a los Cowboys sólo a un gol de campo de empatar el juego en los últimos minutos, los Eagles provocaron que Prescott pisara fuera del campo antes de concretar el intento.
Philadelphia también enfrentó la adversidad provocada por las lesiones al tener que jugar con su tercer guardia derecho tras perder a su principal ala cerrada, Dallas Goedert, en la primera mitad, y por momentos a sus dos esquineros titulares, James Bradberry y Darius Slay.
Eso es lo que hacen los equipos contendientes, ganan los partidos que deben ganar y lo hacen de la manera que pueden y con el personal que tengan disponible.
Muchos aseguran que los Eagles han ganado con lo justo, siempre al filo de la navaja y de manera fea, pero los triunfos cuentan igual y terminarán la Semana 9 con el mejor récord de toda la NFL.