CNN
Por Andrew Kaczynski, Em Steck
Durante su campaña presidencial de 2020, Biden dijo que EE.UU. podría “acoger a dos millones de solicitantes de asilo en un abrir y cerrar de ojos”. Pero la afluencia masiva de personas en la frontera con México ha afectado significativamente los recursos de inmigración.
Durante su campaña presidencial de 2020, Joe Biden prometió un marcado alejamiento de las políticas de inmigración de la administración Trump.
Eso significaba una moratoria de 100 días sobre las deportaciones después de asumir el cargo. También proteger las ciudades santuario de las agencias federales encargadas de hacer cumplir la ley. Y una dura crítica al trato que la administración Trump dio a los inmigrantes indocumentados en la frontera sur, afirmando que Estados Unidos tenía la capacidad de “absorber gente” mientras llamaba a los solicitantes de asilo a “invadir” la frontera.
“Podríamos darnos el lujo de acoger a dos millones en un abrir y cerrar de ojos”, dijo Biden en un evento en agosto de 2019. “La idea de que un país de 330 millones de habitantes no pueda absorber a personas que están en una situación desesperada y que huyen justificadamente de la opresión es absolutamente extraña”.
Se estima que unos tres millones de migrantes que han sido encontrados en la frontera sur desde que Biden asumió el cargo en enero de 2021 permanecen en Estados Unidos, según cifras de la administración Biden.
Pero la afluencia masiva de solicitantes de asilo en la frontera entre Estados Unidos y México ha afectado significativamente los recursos de inmigración estadounidenses. Y se convirtió en un problema político importante para el presidente Biden, uno que el expresidente Donald Trump está tratando de aprovechar. En una encuesta reciente de CNN, el manejo de la inmigración por parte de Biden obtuvo su índice de aprobación más bajo: sólo el 30% de los estadounidenses expresaron aprobación sobre su manejo de la frontera.
Eso llevó a Biden a cambiar drásticamente la forma en que habla sobre la situación en la frontera, alejándose de las posiciones más liberales en materia de inmigración que defendió como candidato presidencial y volviendo a los puntos de vista más centristas que tenía como senador y vicepresidente.
Más recientemente, la Casa Blanca cambió su retórica hacia las ciudades santuario, instándolas a cumplir con las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley con respecto a los inmigrantes que han cometido un delito. Y Biden ha adoptado un proyecto de ley fronterizo ahora estancado que habría endurecido significativamente las leyes de asilo e incluido una serie de otros temas de la agenda conservadora.
“Durante demasiado tiempo, todos supimos que se había roto la frontera”, dijo Biden en enero apoyando el proyecto de ley. “Ya es hora de arreglarla”.
En muchos aspectos, el cambio de Biden se alinea estrechamente con una posición anterior sobre la inmigración que mantuvo lo largo de su mandato político. Durante décadas como senador estadounidense y en sus anteriores candidaturas presidenciales, Biden mantuvo posiciones más centristas. Fue principalmente como reacción a las políticas de la administración Trump que Biden comenzó a adoptar posturas notablemente progresistas en materia de inmigración durante la campaña presidencial de 2020.
En una declaración a CNN, un portavoz de la Casa Blanca reiteró el llamado de la administración a los republicanos del Congreso para que apoyen el proyecto de ley fronterizo bipartidista.
“Ante la falta de acción del Congreso y mientras experimentamos una migración global histórica, esta Administración ha liderado la mayor expansión de vías legales en décadas, ha trabajado con socios en toda la región para abordar la migración irregular y ha hecho cumplir nuestras leyes”, explicó.
En una señal de lo importante que es la inmigración como tema en las elecciones de 2024, tanto Biden como Trump realizaron apariciones de campaña en la frontera sur la semana pasada, con Trump viajando a Eagle Pass y Biden a unas 300 millas de distancia, en Brownsville, Texas.
Biden pidió directamente a Trump que apoye el proyecto de ley fronterizo y anime a los republicanos a abordarlo en el Congreso.
“Entonces, esto es lo que le diría al señor Trump: en lugar de jugar a la política con el tema, en lugar de decirle a los miembros del Congreso que bloqueen esta legislación, únase a mí. O yo me uniré a usted para decirle al Congreso que apruebe este proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza. Podemos hacerlo juntos. Ustedes y yo sabemos que es el proyecto de ley de seguridad fronteriza más estricto, eficiente y efectivo que este país jamás haya visto”, dijo Biden. “Entonces, en lugar de jugar a la política con el tema, ¿por qué no simplemente nos reunimos y lo hacemos?”.
También se espera que el presidente Biden aborde el tema de la inmigración y la crisis en la frontera durante su discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso en la tarde de este jueves.
El cambio retórico de Biden sobre la inmigración refleja un giro más amplio entre los demócratas. La semana pasada, el representante Tom Suozzi prestó juramento después de ganar una elección especial para reemplazar al derrocado representante republicano George Santos en Nueva York.
Suozzi ganó en parte al postularse con una plataforma que incluía tomar medidas enérgicas en la frontera a pesar de haberse jactado en 2022 de “expulsar al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (U.S. Immigration and Customs Enforcement) del condado de Nassau” como ejecutivo del condado. Pero en su elección especial de 2024, publicó anuncios promocionando su apoyo a la Patrulla Fronteriza y a la seguridad de la frontera.
En un debate demócrata en septiembre de 2019, Biden dijo que como presidente haría “varias cosas más”.
“De hecho, me aseguraría de que así sea; inmediatamente nos dirigimos a la frontera para que todas esas personas soliciten asilo. Merecen ser escuchados. Eso es lo que somos”, dijo Biden.
“Somos una nación que dice: ‘Si quieres escapar y estás huyendo de la opresión, debes venir'”, añadió.
Durante su campaña presidencial de 2020 contra Donald Trump, Biden se encontraba en una posición muy diferente, ya que los cruces fronterizos ilegales eran significativamente menores que en la actualidad.
Gran parte de la retórica de Biden en ese momento surgió en respuesta a la dura retórica y a las políticas relacionadas con la frontera del entonces presidente Trump. Un año antes de lanzar su campaña, en 2018, la administración Trump dio a conocer una política de “tolerancia cero” ante la inmigración ilegal.
Bajo Trump, el Departamento de Justicia anunció que presentaría cargos penales contra todos los adultos que cruzaran la frontera ilegalmente. Esto llevó a la separación de numerosas familias, incluidas aquellas con bebés de apenas unos meses de edad, ya que los niños no podían ser detenidos junto a sus padres en prisiones federales.
Las políticas enfrentaron protestas y reacciones negativas generalizadas y jugaron un papel significativo en las primarias demócratas de ese año. Y Biden estaba lidiando con su propio historial en materia de inmigración –tanto como vicepresidente como como senador– donde había apoyado políticas significativamente más duras y el país registró deportaciones sin precedentes. Esas políticas provocaron críticas de quienes se postularon a su izquierda en las primarias del partido.
“Ningún gran país puede decir que es seguro sin poder proteger sus fronteras!, dijo Biden durante una parada de campaña mientras se postulaba para presidente en 2007.
En el período previo y durante esa campaña en 2008, Biden habló de encarcelar a los empleadores que contrataran “ilegales”, dijo que no se debería permitir que las ciudades santuario violen la ley federal y argumentó que se necesitaba una valla para detener la entrada de “toneladas” de drogas al país desde el “México corrupto”.
Prometió revertir las políticas de Trump y dar la bienvenida a los solicitantes de asilo
Si bien Biden no llegó tan lejos como algunos de sus oponentes en esas primarias demócratas, en discursos y debates sí prometió revertir las políticas de asilo de Trump.
“El hecho es que, miren, no deberíamos estar encerrando a la gente”, dijo Biden en un debate de las primarias demócratas de junio de 2019. “Deberíamos asegurarnos de cambiar las circunstancias, como lo hicimos, por las que se fueron en primer lugar. Y a aquellos que vienen buscando asilo, deberíamos tener inmediatamente la capacidad de absorberlos, mantenerlos a salvo hasta que puedan ser escuchados”.
“Nuestra Estatua de la Libertad, no muy lejos de aquí, nos invita a dar la bienvenida a los cansados, a los pobres, a las masas apiñadas que anhelan ser libres”, dijo en un discurso en julio de 2019. “Revertiré las perjudiciales políticas de asilo de Trump”, añadió.
Al asumir el cargo, Biden emitió órdenes ejecutivas que pusieron fin a la construcción del muro fronterizo; revocó la llamada prohibición musulmana, que prohibía viajar desde varios países de mayoría musulmana; ordenó a las agencias policiales que redujeran el grupo de inmigrantes indocumentados vulnerables al arresto, la detención y la expulsión; y elevó el límite máximo de reasentamiento de refugiados a 125.000 personas.
La administración Biden también revocó el programa llamado “Permanecer en México”, que exigía que los solicitantes de asilo esperaran en México mientras sus casos eran revisados por los tribunales de inmigración estadounidenses, y puso fin al Título 42 instituido por Trump, la orden de salud pública que permitía la rápida expulsión de migrantes sin escuchar sus solicitudes de asilo, en la primavera de 2023.
Después de dar por terminado el Título 42, el gobierno volvió a su sección del código estadounidense de décadas de antigüedad, conocida como Título 8. Luego, la administración Biden implementó reglas nuevas y más estrictas que prohíben las solicitudes de asilo para los migrantes que pasaron por otro país en su camino para buscar asilo en los EE.UU. Quedaron exentos quienes reserven su cita online.