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Se cortó la mala racha en Pittsburgh, pero los problemas persisten

Sebastián Martínez Christensen, Escritor ESPN Digital

Los Steelers superaron las 400 yardas totales por primera vez en 58 partidos. Sin embargo, los problemas persisten en Pittsburgh de cara al futuro.

 Vivimos en la era de la gratificación instántanea.

Vivimos en una era donde se suelen leer los titulares, y no las noticias. En una era en la cual es mejor hacer ruido, que periodismo.

Alrededor de todos los portales deportivos, leerán el mismo titular: “Los Pittsburgh Steelers superan las 400 yardas totales por primera vez en 58 partidos”.

La declaración es verídica, pero a la vez no cuenta toda la historia.

Es sencillo leer ese titular, y pensar que el despedido coordinador ofensivo Matt Canada, era el problema en Pittsburgh.

Sin lugar a dudas, Canada era parte del problema en los Steelers, pero lejos de ser el único.

Antes del partido ante los Bengals, los Steelers estaban ranqueados entre los peores cinco de la NFL en yardas por jugada (4.7), yardas totales por partido (280.1), primeros intentos (15.9) y tiempo de posesión (27:37).

Si miramos exclusivamente los números, los Steelers mejoraron en todos los departamentos, dado que promediaron 6.2 yardas por jugada, tuvieron 421 yardas totales, 22 primeros intentos, y tuvieron el ovoide durante 37 minutos y 17 segundos.

Sin embargo, tras ver el partido de Pittsburgh, yo no soy tan optimista acerca del futuro de los Steelers.

No hay que olvidarse que la ofensiva que están viendo en Pittsburgh, es todavía la de Canada, dado que no se puede implementar un nuevo sistema en plena temporada; sí agregarle algunas arrugas.

Uno de los grandes problemas de Canada, era que no permitía que los asistentes aporten su grano de arena; Mike Tomlin nombró a Eddie Faulkner como el coordinador ofensivo interino, aunque Mike Sullivan llamará las jugadas.

En otras palabras, un esfuerzo en conjunto, dado que es Sullivan el que está en comunicación con Kenny Pickett durante el partido.

Las buenas noticias para Pittsburgh, es que se utilizó finalmente más el centro del campo, e involucraron más al ala cerrada Pat Freiermuth. A la vez, Najee Harris fue más decisivo a la hora de correr Norte-Sur, y tuvo uno de sus mejores partidos de la temporada.

El resultado fue cortar muchas rachas negativas. Más notoriamente, superaron la barrera de las 400 yardas, y tuvieron más yardas que el rival por primera vez en la temporada.

No obstante, los problemas persisten en Pittsburgh, y difícilmente puedan ser genuinos candidatos esta temporada.

Todo comienza con el mariscal Pickett, quien parece haber involucionado con respecto al año anterior.

La mayoría de sus seguidores apuntan a su récord positivo, y si bien no es enteramente una estadística de mariscal, admito que se ha crecido en momentos importantes.

El problema está en la inconsistencia de la rutina. Pickett falla demasiados pases sencillos, tiene mala mecánica con sus pies, se casa demasiado frecuentemente con sus primeras dos lecturas, luce apurado en el bolsillo, y demasiadas veces él, y sus receptores abiertos, no están en la misma página.

El esquema no tiene creatividad, ni atención al detalle, lo cual tampoco ayuda a Pickett.

Por supuesto que hay que protegerlo mejor, dado que su línea ofensiva sigue siendo un interrogante; han mostrado una mejor cara recientemente.

A pesar de que estos problemas no serán fácilmente resueltos en el corto plazo, muy posiblemente los Steelers terminarán clasificando a la postemporada.

Digo esto, porque si miramos su calendario, reciben a los Arizona Cardinals y a los New England Patriots en los siguientes dos partidos, y luego a los Bengals sin Joe Burrow un par de semanas más adelante.

Si bien es cierto que tienen visitas a los Seattle SeahwaksBaltimore Ravens e Indianapolis Colts, tres triunfos deberían ser suficientes para darles un boleto a la postemporada.

Hay un refrán que dice: “Cuándo alguien te dice quién es, créeles”.

El año pasado, comenté que tanto las ofensivas de New England como la de Pittsburgh, estaban fuera de época, y esa declaración sigue siendo verdad al día de hoy.

Más allá de todas las mejoras estadísticas ante los Bengals, la realidad es que los Steelers totalizaron apenas 16 puntos, y siguen siendo una ofensiva estática y carente de explosividad.

Piensen ustedes que la racha de partidos sin totalizar 400 yardas, que se rompió este pasado domingo, era la segunda más larga en las últimas 30 temporadas, detrás únicamente de los Raiders entre el 2005 y el 2010, que estuvieron 78 partidos sin llegar a esa cifra.

Ese tipo de ineficacia no se arregla de la noche a la mañana, y los Steelers siguen teniendo problemas en la zona roja, con penalidades y pérdidas de balón.

Salvando las distancias, me recuerda un poco a la temporada de Pittsburgh en el 2020, cuando iniciaron 11-0, y aún así, sabíamos que difícilmente iban a ser un candidato al título; perdieron en la Ronda de Comodín ante los Cleveland Browns.

Los Steelers tienen una de las historias más ricas de la NFL, y si bien es cierto que su defensiva los mantendrá competitivos durante todos los partidos, Pittsburgh debe aspirar más alto.

No se dejen llevar por los titulares; los problemas persisten en Pittsburgh, y la diferencia entre los Steelers y los Eagles o los Chiefs, es gigantesca en estos momentos.