CNN
Por Kristen Holmes
Una operación masiva para detener y deportar a inmigrantes indocumentados.
Una purga de la fuerza de trabajo federal de cualquier persona considerada desleal.
Ejercer el poder de la ley federal contra los enemigos políticos.
En su intento por regresar al Despacho Oval, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump y sus aliados han prometido una transformación amplia del gobierno federal que ejercería el poder ejecutivo de una forma radical y sin precedentes.
La agenda que están elaborando pondría en práctica las opiniones de línea dura de Trump, que ha expresado públicamente durante su última campaña a la presidencia, y se enfrentaría casi con toda seguridad a una serie de desafíos jurídicos y políticos.
Entre bastidores, grupos externos afines a Trump han estado trabajando en la elaboración de decretos, estudiando la Constitución en previsión de impugnaciones legales y buscando soluciones para dar a Trump el poder de invocar algunas de estas políticas desde el primer día si recupera el poder.
Estos leales externos son muy conscientes del caos y la desorganización del primer mandato de Trump. Ahora, al frente de una serie de grupos conservadores en Washington, están esperando entre bastidores, ayudando a estructurar un plan que pondría en marcha la aplicación de la arrolladora agenda.
El Proyecto 2025, un proyecto de transición dirigido por el think tank conservador Heritage Foundation, ha reunido a muchos de estos grupos para “allanar el camino a una administración conservadora eficaz”.
Los esfuerzos de los grupos externos por trazar los detalles legales y políticos de un segundo mandato de Trump se encontraron recientemente con cierto rechazo por parte del aparato oficial de la campaña del expresidente.
“Los esfuerzos de varios grupos sin ánimo de lucro son ciertamente apreciados y pueden ser enormemente útiles. Sin embargo, ninguno de estos grupos o individuos habla en nombre del presidente Trump o de su campaña”, escribieron en un comunicado los asesores de campaña Susie Wiles y Chris LaCivita.
Sin embargo, las líneas generales de la agenda de Trump han sido expuestas por el propio expresidente durante su campaña, así como en una serie de videos y comunicados publicados por la campaña.
La campaña de Trump ha contratado recientemente a personas centradas en las políticas que le ayudarán a elaborar su mensaje político y, en última instancia, a examinar las propuestas de diversos grupos conservadores. El objetivo es tener preparados decretos —sobre todo, desde la inmigración hasta la eliminación de las protecciones gubernamentales para los funcionarios— para que Trump los firme el primer día de una posible segunda administración.
Trump utilizaría el Departamento de Justicia para vengarse
El plan de Trump incluye afirmar un mayor control de la Casa Blanca sobre el Departamento de Justicia (DOJ, por sus siglas en inglés), una institución que el expresidente ha dicho que utilizaría para vengarse de sus críticos, incluidos exaliados.
“Nombraré a un verdadero fiscal especial para que persiga al presidente más corrupto de la historia de Estados Unidos de América, Joe Biden, y a toda la familia del crimen Biden”, dijo el expresidente en junio tras una comparecencia judicial en Florida. “Voy a arrasar totalmente con el Estado Profundo”.
Durante una reciente entrevista con Univisión, Trump fue un paso más allá.
“Si por casualidad soy presidente y veo a alguien que lo está haciendo bien y me está ganando por mucha ventaja, digo que vaya y lo acuse”, dijo.
A pesar de la larga tradición del DOJ y varias otras agencias gubernamentales más pequeñas que operan de forma independiente, aquellos en la órbita de Trump se han referido a estas agencias como un “estado profundo administrativo” y una “cuarta rama deshonesta del gobierno” que creen que deberían responder ante el presidente como parte del poder ejecutivo.
En videos y discursos, ha expuesto sus planes para destripar el actual sistema de Justicia despidiendo a “fiscales marxistas radicales que están destruyendo Estados Unidos”.
Es parte de un esfuerzo más amplio que rompería las restricciones legales y las protecciones tradicionales contra la interferencia política y daría a la Casa Blanca más autoridad para instalar aliados ideológicos en todo el gobierno federal.
Si Trump es elegido el próximo año y sigue el plan que su campaña y sus aliados están desarrollando ahora, expertos legales dicen que llevaría a años de batallas legales y enfrentamientos políticos con el Congreso sobre los límites de la autoridad presidencial.
“Hasta cierto punto, nos encontraríamos en territorio desconocido”, dijo Stephen Vladeck, profesor de Derecho de la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas y analista jurídico de CNN. “Muchas de las limitaciones relevantes han sido normas y no reglas. Esas normas no se impusieron mediante litigios, esas normas se impusieron políticamente”.
“La realidad de una segunda administración Trump sería un montón de litigios novedosos sobre este tipo de abusos de lo que históricamente eran normas que limitaban al ejecutivo”, agregó.
Depuración de la burocracia federal
Parte de los planes de Trump reclasificarían a decenas de miles de trabajadores de la administración pública —que normalmente permanecen en el trabajo mientras los presidentes y sus administraciones cambian— como empleados a voluntad, una medida que haría mucho más fácil despedirlos.
Trump dijo en un video de marzo que firmaría un decreto haciendo eso, lo que le permitiría “eliminar a los burócratas deshonestos”. Prometió “ejercer ese poder de forma muy agresiva”.
“Limpiaremos a todos los actores corruptos en nuestro aparato de Seguridad Nacional e Inteligencia, y hay un montón de ellos”, dijo Trump. “Los departamentos y agencias que han sido convertidos en armas serán completamente revisados para que los burócratas sin rostro nunca más puedan apuntar y perseguir a conservadores, cristianos o enemigos políticos de la izquierda”.
En privado, Trump ha culpado a algunos de estos empleados de carrera del gobierno como la razón por la que algunas de sus propuestas políticas no se promulgaron rápidamente durante su primer mandato y pidió que se instalaran leales con ideología similar en cada área del gobierno.
Parte del objetivo del Proyecto 2025 es crear una base de datos de potenciales empleados conservadores examinados de la que podría nutrirse un presidente republicano entrante, a lo que una fuente se refirió como “un LinkedIn conservador”. La base de datos, gestionada por la empresa tecnológica Oracle, ha recibido miles de solicitudes y espera contar con miles de candidatos examinados para una futura administración en previsión de una posible transición.
Aunque una fuente familiarizada con el programa dijo que actualmente no hay verificación de antecedentes a nivel del FBI ni prueba de lealtad para los solicitantes, los currículos se marcan con posibles “banderas rojas” que permiten a una nueva administración sacar sus propias conclusiones sobre posibles contrataciones.
Políticas de inmigración de línea dura
Trump también está planeando una expansión generalizada de las políticas de inmigración de línea dura de su administración anterior si es elegido en 2024, que restringirían tanto la inmigración legal como la ilegal.
“Detener la invasión en nuestra frontera sur es una necesidad urgente de seguridad nacional y una de las principales prioridades del presidente Trump. Por esa razón, ha expuesto —en sus propios discursos y en la plataforma de la Agenda 47— el programa más detallado con diferencia para asegurar la frontera, detener la inmigración ilegal y expulsar a aquellos a los que nunca se debería haber permitido entrar en nuestro país en primer lugar”, dijo un portavoz de la campaña de Trump en un comunicado a CNN.
Los planes incluirían reunir a los inmigrantes indocumentados que ya están en EE.UU. y llevarlos a campos de detención a la espera de ser deportados, según confirmó a CNN una fuente familiarizada con los planes.
Las propuestas requerirían la construcción de grandes campamentos para alojar a los inmigrantes en espera de ser deportados y la intervención de las fuerzas del orden federales y locales para ayudar en las detenciones a gran escala de inmigrantes indocumentados en todo el país.
En caso de que el Congreso se niegue a financiar la operación, Trump podría recurrir a una táctica utilizada en su primer mandato para conseguir más fondos para un muro fronterizo: redirigir fondos del Pentágono, confirmó la fuente.
Trump ha dicho públicamente que quiere revivir muchas de sus políticas de inmigración de su primer mandato para restringir tanto la inmigración legal como la ilegal, incluyendo la reinstauración y ampliación de una prohibición de viaje para los países predominantemente musulmanes y la recuperación de una política de la era covid, conocida como Título 42, para restringir aún más la inmigración en el país, aunque esta vez se basaría en la afirmación de que los migrantes portan otras enfermedades infecciosas.
Trump también prometió “poner fin a todos los permisos de trabajo para extranjeros ilegales y exigir que el Congreso me envíe un proyecto de ley que prohíba todos los pagos de asistencia social a los migrantes ilegales de cualquier tipo”.
El expresidente también advirtió de la llegada de caravanas desde México a la frontera estadounidense, y prometió perseguir a los grupos y organizaciones benéficas que, según él, facilitan la inmigración ilegal a gran escala.
Una amplia agenda nacional
En un segundo mandato, Trump también tiene planes para remodelar drásticamente la vida de los estadounidenses en lo que respecta a las políticas que afectan a la aplicación de la ley, el comercio y la red de seguridad social.
El expresidente ha dicho que exigiría a las fuerzas del orden locales que utilicen la controvertida práctica policial de parar y cachear para poder recibir parte de la financiación del Departamento de Justicia. También ha sugerido que desplegaría la Guardia Nacional en ciudades con altos niveles de delincuencia.
Otra política destinada a combatir la falta de vivienda prevé la creación de “ciudades de tiendas de campaña” en “terrenos baratos” que serían atendidas por personal sanitario, dando a la gente la opción de elegir entre reubicarse o enfrentarse a penas de cárcel.
En cuanto a la economía, Trump ha propuesto la imposición de aranceles generalizados a todos los productos importados, lo que supone un enfoque agresivo de la política comercial, con especial atención a China.
“Cuando las empresas vienen y vierten sus productos en Estados Unidos, deberían pagar automáticamente, digamos, un impuesto del 10%”, dijo Trump durante una entrevista con Larry Kudlow en Fox Business.