De la mano de la amistad recibí unos regalos maravillosos; el primero, fue el libro Ángela Merkel. Crónica de una era,[1] que en un arranque súbito de bendita generosidad, me regaló Hortensia
De la mano de la amistad recibí unos regalos maravillosos; el primero, fue el libro Ángela Merkel. Crónica de una era,[1] que en un arranque súbito de bendita generosidad, me regaló Hortensia